Esta semana me ha costado mucho elegir que película recomendar, ya que estaba ente dos piezas excelentes e incomparables.
Pero ya me he decidido y allá voy, os traigo Whiplash (a latigazos) una película del año pasado que sepas de música o no, te dejará con el vello de punta y la cara de tonto de lo buena que es.
Este drama musical (no confundir con un musical) trata de un chaval estudiante de batería, un poco rarillo, que ansía ser el mejor en su ámbito, una estrella del jazz. El puto amo.
La cosa es que el chico en cuestión se pone en las manos de un profesor del conservatorio en el que estudia, que es famoso por sus métodos poco correctos como el de lanzarte un plato a la cabeza mientras tocas o darte de guayas si no le gusta como lo haces.
Y ahí está la chicha, se juntan el hambre con las ganas de comer, el macho alfa con el aspirante sumiso, ansioso de éxito y reconocimiento que no dudará en hacer lo que sea para complacer las exigencias de su maestro y así llegar a lo más alto.
Obsesión, mentiras, esfuerzo, autodestrucción y muchas cosas más es lo que podréis ver en esta joyita Estadounidense que por su impacto, su exquisita banda sonora y unas excelentes interpretaciones, os tendrá con el corazón a mil y enseñará de forma tan dura como elegante, la manera en la que el ego nos manipula y nos hace marionetas de él mismo.
Ideal para verla con unas birras bien frescas y luego ir a tocar algún instrumento de manera compulsiva, preferiblemente la batería.
Pinchad aquí para ver el tráiler
No hay comentarios:
Publicar un comentario