miércoles, 2 de mayo de 2018

The British Corner: Ocho sentencias de muerte

Hello, Dominguers! Es hora de ponerse el bombín y preparar el té, porque llega una nueva entrega de The British Corner.

Hoy me viene de gusto recomendaros un título con sabor añejo, una comedia llenita de ácido humor británico que hizo las delicias de la sociedad inglesa durante los duros años de posguerra tras el segundo conflicto mundial. Un título que es uno de los máximos exponentes de la comedia negra. Echemos unas risas con OCHO SENTENCIAS DE MUERTE (en su título original en inglés, KIND HEARTS AND CORONETS).


Ocho sentencias de muerte es una producción británica del año 1949, catalogada como comedia negra y dirigida por Robert Hamer. Es una libre adaptación de la novela de 1907 Israel Rank: the autobiography of a criminal, escrita por Roy Horniman. Es, a su vez, uno de los títulos de cabecera de los conocidos Ealing Studios.

Nos encontramos en plena Inglaterra eduardiana. En una prisión londinense Louis D'Ascoyne Mazzini (Dennis Price), X Duque de Chalfont, aguarda la llegada del amanecer, momento en que será ejecutado. Mientras espera a que llegue la hora de enfrentarse a la horca, escribe sus memorias a modo de testamento.

Las memorias que va escribiendo el Duque nos servirán a modo de flashback para conocer su vida y sus hechos. Su madre (Audrey Fildes), la hija menor del VII Duque de Chalfont, es repudiada por la familia D'Ascoyne tras contraer ésta matrimonio con un vulgar cantante de opereta italiano llamado Mazzini (interpretado también por Dennis Price). El matrimonio, pobre pero muy feliz, se trunca cuando él muere repentinamente al nacer su hijo Louis. Ella, en un intento de no caer en extrema pobreza, intenta recuperar el contacto con su familia, pero no obtiene respuesta alguna.


Así pues, se ve obligada a realizar tareas del hogar y alquilar su casa para ganar un dinero con el que poder dar a su hijo Louis los mejores estudios posibles. No contenta con eso, se dedica a recordarle cada día a su primogénito el linaje del cual procede y al cual tiene derecho sucesorio. Tras ser atropellada por un tranvía y herida de muerte, le expresa a su hijo su última voluntad: ser enterrada en el panteón familiar de la familia D'Ascoyne. Louis contacta con ellos y les expresa el deseo de su madre, pero recibe una contundente negativa por respuesta. Debiendo enterrar a su madre en un cementerio suburbano, jura venganza contra todos aquellos que le han causado dolor a su progenitora.

Empieza aquí el largo camino que deberá atravesar Louis para acabar con todos los aspirantes al Ducado de Chalfont: nada más y nada menos que ocho parientes (interpretados todos ellos por Alec Guinness) son los que se interponen entre él y el título de Duque. A su vez, deberá sortear a la vanidosa y manipuladora Sibella (Joan Greenwood), una linda jovencita de la que lleva enamorado desde la infancia y que le humilló cuando aún era un simple vendedor en una tienda de ropa. El cóctel está servido...


"Ocho sentencias de muerte" es una película de algo más de hora y media, muy amena y con unos chistes muy punzantes para su época. Esto es algo que hay que tener en cuenta a la hora de visionar el film, puesto que acostumbrados a que en el siglo XXI apenas nos sorprendan según qué temas, quizás no se sepa encontrar la gracia en los chistes de la época de finales de los 40-principios de los 50, en que se escandalizaban por los aspectos más triviales y banales de la vida. Mención especial para la figura de Alec Guinness que, muchos años antes de encasillarse como Obi-Wan Kenobi, interpreta al más puro estilo de Peter Sellers ocho personajes diferentes de forma magistral. Disfrutad de éste buen clásico que no tiene fecha de caducidad.

Aquí podéis ver el tráiler:


Nos leemos en la próxima entrega. Ta-ra, lads!

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