¡Dominguers!
¿Sabéis qué es lo
mejor de que se acabe el invierno? Que comienzan a aparecer las
primeras noticias y anuncios de nuestros festivales favoritos. Su
leitmotiv, sus carteles, los primeros invitados, actos de
presentación… es una emoción que pocos podemos entender.
Probablemente cuando lo comentéis entre vuestros colegas os dirán
cosas como “menudo friki” o “¿12 horas del tirón
viendo pelis? Estás loco”. Y a ti se te dibuja una sonrisa
tonta en la cara solo de pensarlo.
Los que nos seguís
aunque sea un poquito sabéis de nuestro amor por el Festival de
Cine de Terror de Molins de Rei, probablemente uno de los
festivales más especiales de las decenas que han surgido a lo largo
y ancho de la península y, particularmente, en Cataluña. Es curioso
como, durante los últimos años, ha surgido un considerable número
de festivales en tierras catalanas, hasta el punto de que haya una
asociación de festivales de género, el TAC (Terror Arreu de
Catalunya) y que incluso se haya hecho un documental al respecto
(Sputnik, del compañero Asier Abio). Mientras
proliferaba una gran cantidad de certámenes y otros tristemente
desaparecían por el camino, en Molins de Rei ) en la industrializada
comarca del Baix Llobregat) llevan 35 años programando uno de los
festivales de pequeño formato más emblemáticos que hay por estas
latitudes del planeta. El Baix Llobregat, sí, escenario de míticas
luchas obreras, de resistencia y defensa de convicciones férreas.
Justo ahí un gran número de incansables luchadores heredan ese
espíritu de lucha, verdaderos guerrilleros del género maldito,
luchando contra el menosprecio de ciertos sectores hacia el terror
como arte. Y así, poco a poco, se ha ido construyendo una de las
propuestas más sólidas del panorama fantástico nacional, el Terror
Molins, que alcanza este 2017 sus 36 ediciones en un estado de
forma excepcional, con más fuerza que nunca.
Del 10 al 19 de noviembre
combatiremos el frío a base de Moritz, bocatas, buen rollo y algunas
de las mejores propuestas del año en cuanto a cine fantástico se
refiere. Sirva de ejemplo que por su cartelera hayan desfilado
títulos imprescindibles como Pánico en el Transiberiano,
Alien: El Octavo Pasajero, Zombi de
Romero, Eden Lake, The Ring y un
larguísimo etcétera. Si el hecho de que vamos a tener, de bien
seguro, una cartelera potentísima no es suficiente motivo para
convenceros a veniros a pasar unos días a Molins, tal vez ayude el
saber que éste año se rinde homenaje al polémico y turbador
Michael Haneke, uno de los cineastas más especiales que nos
ha brindado el panorama cinematográfico en los últimos 30 años,
bajo el leitmotiv “Haneke or the edge of horror” (Haneke o
el límite del terror).
Estamos seguros de que
la recién anunciada alianza del festival con Movistar +
ayudará a éste a dar un paso más allá… ¡otro más! Mientras
tanto, seguiremos esperando novedades con tanta ilusión como ganas
por volver a pisar el teatro de La Peni.
El año pasado desde Cine
Domingo estuvimos cubriendo íntegramente el evento en una
edición que sirvió como homenaje a las transformaciones y
mutaciones en el cine de género y, por ende, como homenaje a David
Cronenberg y su trayectoria repleta de historias que muestran los
horrores del cuerpo humano. Allí pudimos ver algunos de los títulos
imprescindibles del pasado 2016, como The Neon Demon
del enigmático Nicolas Winding-Refn o The Eyes of my
Mother, la sorprendente ópera prima del americano Nicolas
Pesce, y también tuvimos la oportunidad de charlar con el equipo
de interesantísimas propuestas como Cruel Summer o The
Unseen, entrevistas que, a raíz de éste especial de Baño
de Sangre sobre uno de nuestros festivales favoritos, publicaremos
durante las próximas semanas.
Hoy justo faltan 8 meses
para que empiece la 36ª edición del Festival de Terror de Molins
de Rei. 245 días y unas 10 horas para volver al paraíso…
¿Alguien sabe cómo se puede avanzar el tiempo?
Óscar Lladó
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