¡Bañistas!
Otro viernes más os traemos
mierda fresca para amenizar vuestro fin de semana. Y, en esta
ocasión, lo de la mierda fresca no lo decimos por decir... pero todo
a su debido tiempo.
He hecho la prueba en mi círculo
más cercano y, cuando les hablo de Eduardo Casanova, prácticamente
el 90% no sabe a quién me refiero. Y es entonces cuando te toca
decir eso de “sí, hombre, el Fidel de Aída” para recibir
un “aaaah, vale” como respuesta. Esto es algo que está
comenzando a cambiar desde que su primer largometraje Pieles
se estrenó en la pasada edición de la Berlinale con un éxito
rotundo que eclipsó incluso a las candidatas al Oso de Oro, y
cambiará aún más cuando llegue su estreno en salas el próximo 9
de junio. Estoy seguro de que, para finales de 2017, Eduardo dejará
de ser “Fidel, el de Aída” para convertirse en “el
tío ese de las pelis raras”. Y es que, si bien su acogida en
festivales está siendo generalmente positiva, la clara influencia en
sus trabajos anteriores de pilares de la incomodidad fílmica como
David Cronenberg, John Waters o David Lynch será
difícil que cale en un público mayoritario que generalmente apuesta
por propuestas más livianas. Pero, si lo hace, Eduardo abriría las
puertas para lo que podría ser un soplo de aire fresco en el
panorama cinéfilo estatal... que buena falta le hace.
El tiempo dirá.
Mientras esperamos (con el hype
por las nubes, todo sea dicho) para poder ver Pieles,
el mismo Eduardo tiene un canal de YouTube en el que tiene publicados
prácticamente todos sus cortos hasta la fecha, los cuales os animo
enérgicamente a ver. Estoy seguro de que no os dejarán
indiferentes.
Con la excepción de Ansiedad,
su primer trabajo como director, os vamos a desgranar uno a uno (¡y
sin spoilers!) todos los cortos que os ayudarán a comprender mejor
de dónde vienen algunos de los personajes de Pieles y
cómo Eduardo Casanova lanza su ópera prima ya con un universo y una
estética propios a sus espaldas.
Amor de Madre (2013)
Con su musa Ana Polvorosa
como protagonista, Eduardo nos propone en Amor de Madre
un tierno (a su manera) cuento de amor zombi que nos remite
constantemente al cine de terror y ciencia ficción de serie B de los
40/50, no solo por los pósters y decorados del set en general, si no
por su tono histriónico y exacerbado y sus incongruencias
voluntarias que generan una intencionada comicidad. El tono verde que
inunda todo anunciaba, 5 años atrás, los derroteros que el
realizador madrileño iba a tomar en un futuro: la importancia de lo
visual, cuidar hasta el más mínimo detalle con un evidente estilo
kitsch de cosecha propia y lo social como trasfondo, aunque en este
caso no sea quizás su trabajo más profundo si comparamos con lo que
vendría después.
Fumando Espero (2013)
Con el pelo rubio platino
cardado, un camisón fucsia exageradamente escotado y uñas largas,
muy largas, a juego. Así aparece Cristina Fenollar tumbada en
la cama, fumando y esperando al hombre que ama. Sabemos que algo no
está bien desde el principio, que su obsesión va en aumento como la
cantidad de cigarros que se acumulan en su cenicero. Pero, creedme,
el giro de los acontecimientos os pillará desprevenidos.
Se pueden leer por la red en
multitud de sitios algunas críticas que sugieren que Casanova se
hace aquí amigo de la transgresión de baratillo, y no podría estar
más en desacuerdo. Al igual que realizadores como Harmony Korine
o el gran John Waters (en estilos y formas totalmente
diferentes, por supuesto), la misión de Eduardo es mostrarnos lo más
burdo, soez y deleznable de una sociedad en decadencia, en algunos
casos llevándonos a pensar que, si el corazón y las tripas así lo
dictan, ¿Por qué iba a ser algo incorrecto? Y así, con la lucha
entre la moral, la razón y las entrañas, llegamos a un giro de los
acontecimientos cuanto menos inesperado que te deja en shock,
incómodo y con la mente tan gris como las paredes de la habitación.
La Hora del Baño (2014)
Hace muy poquito daban el premio
honorífico por su carrera a Macarena Gómez en el C-FEM,
el festival de cine fantástico de Murcia. Y lo cierto es que no
es para menos, puesto que Macarena lleva prácticamente dos décadas
en las que, desde su debut en el largometraje con Dagon: La
Secta del Mar de la Fantastic Factory de Brian
Yuzna, ha participado en multitud de proyectos de cine fantástico
y de terror. Actualmente sigue su recorrido por festivales el exitoso
Behind de Ángel Gomez Hernández, acumulando
premios y menciones a lo largo y ancho del globo, y estoy seguro de
que Void Chair de Xavier Miralles también
llevará la cara de Macarena a multitud de certámenes del
género, tal y como lo hizo el pasado mes de febrero en el Festival
de Terror de Sabadell.
Si bien estamos acostumbrados a
ver a los personajes de la cordobesa en situaciones extremas, en el
cortometraje que nos ocupa llega a niveles aterradores de histeria. Y
es que La Hora del Baño es una montaña rusa de
emociones que comienza con el llanto de un bebé despertando a su
madre de un sueño que parece sacado de la mente del mismísimo
Cronenberg. Lo que parece una situación cotidiana termina
siendo un sórdido espectáculo de degeneración y locura en el que
solo el sonido provoca una inconmesurable sensación de angustia.
Perturbador, tremebundo y con más efectividad que cualquier método
anticonceptivo. Ya no solo por ver hasta los extremos que te puede
llevar un bebé, si no por evitar traer al mundo humanos que puedan
convertirse en la escoria que son esos padres.
Un mensaje ambiguo que oscila
entre la esperanza y el nihilismo, y unas actuaciones sublimemente
histriónicas de Gonzalo Kindelán y la propia Macarena
Gómez hacen de La Hora del Baño su trabajo más
“disfrutable” (o padecible, según la sensibilidad de cada cual)
hasta la fecha.
Eat my Shit (2015)
¿Cómo concentrar en poco más de
3 minutos la comedia más escatológica y el drama más surrealista?
La respuesta la encontramos en Eat my Shit, el que
probablemente sea el corto más conocido de Casanova debido a su
participación en gran cantidad de festivales como el prestigioso
SXSW de Austin, Notodofilmfest, o el mexicano Post
Mortem.
Si habéis pillado la primera
frase del artículo respecto a la “mierda fresca”, será porque
ya habíais visto el corto, ya que en él se nos presenta a Ana
Polvorosa como una chica con un esfínter por boca, triste y
enfadada porque al subir un selfie a Instagram se la han borrado por
contenido sexual. Harta de sentirse discriminada por algo que no ha
podido escoger y de ser objeto de burla por parte de la gente,
decidirá cagarse en la mediocridad. Literalmente.
La Misma Piel (2015)
En esta fashion film
financiada por Vogue, nos encontramos con la historia más
surrealista de Eduardo hasta la fecha. Con su productora Carolina
Bang como protagonista, el corto nos sitúa en un lujoso
restaurante al que una chica llega con un inquietante mensaje para su
camarera: “tú y yo tenemos la misma piel”. Si hablamos de
estilo y forma, La Misma Piel es como si Tarantino
intentara emular a Lynch en un set ideado por Cedric
Gibbons. Un corto extraño, inquietante y visualmente
espectacular que desentona del resto de sus producciones, lo cual no
es en absoluto algo negativo.
Fidel (2016)
A Casanova le vino que ni pintado
que, el pasado 25 de noviembre del 2016, Fidel Castro dijera
adiós al mundo terrenal, porque aprovechó para presentar su
personal visión de la muerte de Cuba tal y como la conocíamos
antes del histórico cambio en las relaciones con EEUU. Su corto
Fidel nos muestra al susodicho solo y desesperado en
una habitación destartalada con un menú Whopper que le hace llorar,
no sabemos si por haber tirado por el retrete 54 años de lucha
convencida, o por haberse estado “perdiendo” ese sabor durante
toda su vida.
Si bien es fácil pensar que
Eduardo entra con este corto en la clara y directa crítica política,
un servidor cree que las intenciones son mucho más cercanas al
espíritu provocativo del punk que a cualquier ideología o
pensamiento. No creo que las intenciones fueran más allá de crear
una tragicomedia a partir de un tema espinoso, pero eso solo lo sabe
su creador. Y tampoco es algo que importe… a menos que tu ideología
haya hecho que pierdas el pragmatismo además del sentido del humor.
Jamás Me Echarás de Ti
(2016)
Es en su último corto hasta la
fecha, Jamás Me Echarás de Ti, donde Casanova
nos acerca más que nunca a un drama social con un estilo
relativamente almodovariano, pero una vez más con su sello
personal.
Un joven con unos rasgos
faciales muy característicos, interpretado por el modelo Lle
Godoy, vive bajo la tutela de su sobreprotectora madre, quien le
inculca que no debe nunca mostrar su cara al mundo porque la gente es
muy cruel, por eso le pide que nunca se quite la máscara. Y es que
su madre tiene una enfermedad terminal que pronto le apartará de él,
con lo cual le va preparando para el trágico desenlace.
Una vez más el leitmotiv de la
gran mayoría de su trabajo se refleja aquí: que tu apariencia sea
diferente no significa que tus sentimientos funcionen de forma
distinta. Nos queda un largo camino como sociedad en cuanto a la
aceptación de la gente físicamente diferente.
Esperamos que este artículo
sirva para introduciros en el particular y único mundo de Eduardo
Casanova, y os anime a invadir en masa el próximo 9 de Junio las
salas para exigir que esta clase de propuestas distintas, arriesgadas
y originales lleguen más a menudo a nuestras carteleras. Tal vez así
más de uno sacaría la cabeza del culo y dejaría de decir eso de
que “el cine español es una mierda”. Que, oye, si uno
debe juzgar por lo que llega a las carteleras, la verdad es que a
veces es normal pensarlo.
Óscar Lladó
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