¡Dominguers!
Ya sabéis que en Cine Domingo somos amantes de los
festivales. Hablamos largo y tendido sobre ellos, damos razones por
doquier para visitarlos si no lo has hecho antes, os traemos esas
crónicas etílicas a horas intempestivas de la madrugada y seguimos
ávidos de seguir conociendo nuevas muestras y certámenes. Por eso
sabemos que uno de los premios a tener más en cuenta en los
festivales es el premio del público.
En la pasada edición del Nocturna, ese honor se lo llevó
I Had a Bloody Good Time at House Harker, el título
que nos ocupa en este baño de viernes soleado, el cual también
obtuvo la mención especial del jurado por su apología de la
Serie B y por recuperar el espíritu de la Troma. Y es que en
eso, en obtener puro entretenimiento de un presupuesto reducido,
desde luego que este título nos hace pensar en la compañía del
entrañable tito Kaufman.
House Harker es una comedia de terror que nos
cuenta la historia de los descendientes de Jonathan Harker, quien se
enfrentó al Conde Drácula, los cuales tratan de conservar la casa
de su familia a toda costa. Para ello, hacen creer al pueblo que
están sufriendo el ataque de un vampiro, sin imaginarse que eso es
lo que realmente va a ocurrirles.
Si algo hace grande esta cinta es ese reparto coral, con unos personajes que se complementan y equilibran prácticamente a la perfección. Uno comprende un poco mejor este hecho cuando se entera de que el equipo tras la película, proveniente del mundo de las webseries, lo conforman varios de sus protagonistas, cuyo modus operandi se basa en el trabajo colectivo. Desde el desarrollo del libreto a la dirección, todos hacen sus aportaciones para que el resultado final sea el mejor posible. Por eso, desde el primer acto, uno se encariña con los personajes. Precisamente ellos (sus relaciones, sus peculiaridades, sus chistes…) son los que hacen de I Had a Bloody Good Time at House Harker una película apta para muy diversos tipos de público, desde el más especializado al más “palomitero”, introduciendo pequeñas subtramas cómicas y pseudorománticas que ayudan al público a conectar con ellos. Es de esas ocasiones en que, aunque sean nuevos para nosotros, parece que ya conozcamos a los personajes previamente. Y eso, aparte de unas actuaciones convincentes, se consigue gracias a un buen trabajo de guión.
La película cuenta con una clara división en dos bloques. El
primero se centra en el humor, y el desenfrenadísimo segundo bloque
(aún con el humor muy presente) cede el protagonismo a la sangre y
la casquería. Su duración es perfecta para que la acción no
decaiga prácticamente en ningún momento, pero esto también provoca
que esa parte gore pase en un abrir y cerrar de ojos para desembocar
en un final que, aunque cierra la trama, deja abierta la posibilidad
de una segunda parte.
Personalmente me ha resultado una de las comedias de terror más
divertidas de los últimos tiempos, aunque es necesario decir que
(como cualquier comedia) si no comulgas con su humor durante los
primeros minutos de metraje, no esperes que la cosa vaya a cambiar.
Lo que muestra es lo que hay. Sobra decir que se disfruta mucho más
en compañía, a ser posible con cantidades industriales de tu
estupefaciente favorito.
HAIL SEITAN!
Óscar Lladó
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