viernes, 20 de mayo de 2016

BAÑO DE SANGRE VOL. 2: “RAZE”


En la presentación de esta nueva sección ya advertimos que no íbamos a reseñar únicamente títulos de gore “al uso”, si no que nos adentraríamos también en títulos que, por su crudeza y dramatismo, son tanto o más impactantes que la casquería más repulsiva. En este segundo volumen de Baño de Sangre os traemos un drama bestial cargado de sangre y acción como es la estadounidense “Raze”.

Estrenada en 2013, “Raze” nos cuenta la historia de una especie de sociedad centenaria en la que la burguesía más rancia y deshumanizada financia, sustenta y se convierte en espectadora de un torneo en el que mujeres secuestradas deben pelear a muerte entre sí, con sus propias manos. Si se niegan a luchar o si pierden el combate, sus seres más queridos sufrirán las consecuencias.

La verdad es que con semejante premisa uno no espera mucho: un “Monster Brawl” pero con féminas en lugar de monstruos, hora y media de peleas sin ningún tipo de trasfondo y una ligera crítica social escondida tras algo tan manido como las sociedades secretas. Pero nada más lejos de la realidad, porque durante los primeros minutos de metraje uno ya se da cuenta de que está ante un drama en toda regla, uno de esos dramas que se sustentan en lo que no se ve, si no en lo que los (en este caso “las”) protagonistas sienten. Porque esto no es sólo una película de peleas a muerte, esto es una batalla para conservar los sueños, ilusiones y proyectos futuros, una batalla para no perder a tu hija, a tu marido, a tu madre, a tu hermana… Peleas para volver a ver la luz del sol, para que todo vuelva a ser como antes. Hacen de la empatía una herramienta para que la trama te enganche y no sea la enésima película de acción hueca de contenido, y además lo hacen con acierto. Y es que siempre es una buena señal cuando acabas odiando más a los antagonistas que a tus propios enemigos.


El 90% del peso de la película recae sobre la actuación de la neozelandesa Zoë Bell, más conocida por su faceta de doble para escenas de riesgo que por la de actriz. Zoë ha sido la doble de Lucy Lawless en “Xena: La Princesa Guerrera”, de Uma Thurman en las dos entregas de “Kill Bill”, de Sharon Stone en “Catwoman”… y un larguísimo etcétera, siendo galardonada en diversas ocasiones dentro del ámbito de los especialistas. Dio un salto al mundo de la actuación (sin abandonar su carrera como doble de acción) gracias a Tarantino en su “Death Proof”, y la verdad es que pese a su relativamente corta carrera como actriz principal, hace un trabajo notable, convincente tanto en las escenas de acción como en las escenas más dramáticas, transmitiendo perfectamente la desesperación y la rabia que provoca a Sabrina (el personaje que interpreta) la situación que le ha tocado vivir.

Y sí, amantes de la casquería, la película cuenta con varias escenas en las que uno empatiza no sólo con el dolor emocional de las protagonistas, sino también con el dolor físico. Sin excesos y de forma muy comedida, pero sin perder la crudeza y la capacidad de impresionar, “Raze” cuenta con diversas escenas que harán las delicias de los que disfrutamos viendo sufrir a otros en la ficción.

Una película notable, con sus carencias y sus virtudes, que no pasará a la historia, pero que sí nos asegura hora y media de abstracción total de este mundo de mierda en el que vivimos.

¡Hasta el próximo volumen, hamijos!

Óscar Lladó
  

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