viernes, 16 de marzo de 2018

BAÑO DE SANGRE VOL. XXXVI “JUEGOS DE SUPERVIVENCIA (TENEMENT)”


Aquí en CineDomingo somos muy fans del cine de vigilantes (o justicieros urbanos) encabronados vengándose de las formas más variopintas y violentas. Y, como ya sabréis si estáis leyendo esto, cuanto más trash sea el asunto, más palotes nos ponemos. También nos gusta mucho el rollito post-apocalíptico, el cine de pandillas, los roughies y, en general, los exploits de los 70 y 80. Por último, sentimos especial predilección por las actuaciones histriónicas, los montajes confusos y esos doblajes cutres-salchicheros de las cintas de la época. Y por muchas más cosas, qué cojones… Pero un título que aúne todas estas características es ir a tiro fijo. Así que Juegos de Supervivencia era un win asegurado de antemano.


Antes de que el destino (o el fracaso de su matrimonio, más bien) les separara, los realizadores Michael y Roberta Findley fueron una pareja prolífica en el cine de explotación, especialmente duchos en el arte del erotismo y el sexploitation, siendo su trilogía de la carne máximo exponente de su trabajo en ese campo. Tras partir peras con Michael, Roberta pasó a dirigir películas pornográficas y, especialmente durante la década de los 80, cine de terror de bajo presupuesto, contando en su filmografía con caspas divertidísimas (Blood Sisters, Predicción...) que conservaban aún el espíritu roughie de sus trabajos dentro del sexploitation. Entre ellas estaba esta histriónica, psicotrónica y ultraviolenta Tenement, que cuenta con muertes escabrosas (con curiosos FX artesanales), patadas en la boca a los moralistas de turno y una sensación general de que el mundo se ha convertido, irremediablemente, en una cloaca gigante.


La historia nos presenta a un grupo de seres con el cerebro frito por las drogas que parecen sacados de un ozploitation post-apocalíptico y a los que les gusta matar ratas, chutarse jaco, y aterrorizar a los vecinos del edificio en el que ocupan, con k, los bajos. Un buen día, uno de esos vecinos llama a la policía y consigue que detengan a la pandilla capitaneada por Chaco (Enrique Sandino), no sin antes recibir amenazas de todos ellos mientras desfilan esposados hacia los coches patrulla.

Contentos y felices por haberse deshecho de los maleantes, los vecinos celebran una fiesta a la par que (como va siendo habitual en el cine de vigilantes) la justicia inepta y corrupta suelta a la pandilla la misma noche de su detención, y estos comienzan su venganza asediando el bloque de pisos. Con lo que no contaban es con que los vecinos fueran a oponer resistencia…


Probablemente, después de leer la sinopsis, habrás pensado en que uno de esos vecinos seguramente fuera Charles Bronson, o debería. Son habituales, de hecho, las comparaciones con Death Wish 3… y con razón. Las similitudes no son pocas, precisamente. Pero hablamos, en este caso, de un enfoque más sucio y oscuro, que busca incomodar y molestar, sin concesiones ni benevolencia ninguna para/con el espectador. Una historia que se sitúa en el Bronx de los años 80: un barrio decadente, crudo y violento. Pero… ¿No es acaso el mundo en el que vivimos violento, crudo y decadente? Como dice el rapero Sick Jacken de Psycho Realm… “el mundo es un barrio, homie”.


HAIL SEITAN!
Óscar Lladó


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