En la gloriosa década de los 80 proliferaron como setas los grupos musicales infantiles: Parchís, Enrique y Ana, los Nins, los Popitos…. Y el que nos atañe ahora, los Regaliz. No vendieron tantos discos como Parchís ( el grupo más exitoso de todos con diferencia ) pero triunfaron bastante con temas pegadizos del copón, como el de la serie de televisión “Guillermo el Travieso”. Sorprende que sea esta insólita propuesta titulada BUENAS NOCHES SEÑOR MONSTRUO la que sirviera para “consagrar” a los Regaliz. Y es que la mezcla de cine fantástico, comedia y números musicales infantiles funciona de puta madre, pese a lo que uno pueda pensar de buenas a primeras.
Un colegio se va de excursión al campo y una parte de los niños se pierde en medio de una tormenta. Buscando refugio acaban en un castillo tenebroso repleto de monstruos clásicos: El conde Drácula, el Dr. Frankenstein y su querida creación, el hombre lobo y el jorobado Cuasimodo. Los monstruos intentarán hacerles la vida imposible pero sus planes se irán al garete ya que estos chavalines son muy cabrones cuando quieren.
Dirigida por el bueno de Antonio Mercero, el mismo que dirigió series tan míticas como “Verano Azul” o “Farmacia de Guardia” y producida por el todoterreno José Frade, está claro que el film tenía que ser de todo menos tradicional. El registro cómico que Paul Naschy destila en la película es una rara avis en su filmografía y se nota que nuestro hombre lobo patrio necesitaba la pasta. Guillermo Montesinos es un Cuasimodo resultón aunque cansino hasta la extenuación con tanto ruidito que tiene que soltar por la boca. Luis Escobar como Conde Drácula está impecable, incluso el absurdo gag de la sincronía le funciona. Y qué decir de M. A. Valero "Piraña" ( Draculín ), un “guest star” de lo más hilarante.
La nostalgia que te invade al ver el film es quizás la nota más destacable. Los que hayan nacido en la década de los 80 entenderán a lo que me refiero. Esos flequillos, los vaqueros altos, los chalecos de pico, las gafas enormes, los pantalones de pana…. Y por supuesto los números musicales. De vergüenza ajena pero también entrañables ( El tema principal es genial, sin duda ). Es todo muy retro, joder y eso mola.
Los puristas del género critican esta película con vehemencia pero recomiendo verla sin prejuicios y con ganas de pasar un buen rato. No hay que olvidar que se hizo para contentar a un público de la época eminentemente infantil. El guión por supuesto que tiene sus fallos y los efectos visuales no es que sean la hostia padre, pero eso es lo de menos.
Estamos ante un ALL STARS monstruoso que entretiene, divierte y apasiona a pequeños y a mayores. Algo bastante difícil de conseguir. Un film altamente psicotrónico/casposo que hay que ver por lo menos una vez en la vida.
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