Una nueva Navidad está ya llamando a nuestras puertas: calles y casas decoradas, luces por doquier, villancicos, consumismo compulsivo. Así que queridos españoles, en estas fechas tan señaladas, es para mí motivo de orgullo y satisfacción... (¡¡¡aaarrrggghhh, he sido poseído por el espíritu del Juancar!!! Perdón, vuelvo a empezar). Para celebrar con vosotros éstas Fiestas, que pueden gustar más o menos, pero no dejan de ser especiales, os traigo una reseña indicada para que nos invada el auténtico espíritu de la Navidad. Celebrémoslo juntos con FELIZ NAVIDAD.
Repasando la historia rápidamente, sabemos que la Primera Guerra Mundial (por entonces Gran Guerra a secas) estalló en julio de 1914. Recibida con un gran júbilo por todos los países beligerantes, miles de hombres se alistaron para luchar en el frente como el que se apunta a echar una partida de cartas, como si de un juego de niños se tratase. Todos estaban convencidos de que la guerra sería rápida y que para Navidad ya estarían de vuelta en casa.
Y se equivocaron. La guerra relámpago prevista por los alemanes para invadir Francia no surgió según lo previsto y dió paso a un estancamiento en las posiciones, pasando a la fase conocida por guerra de trincheras. Y luchando, a los soldados desplazados les sorprendió la Navidad lejos de sus hogares...
El film, aún así, empieza su trama unos meses antes. Tras un pequeño inicio en que se nos muestra a un niño francés, otro británico y otro alemán recitando consignas patrióticas y bélicas contra sus enemigos, nos trasladamos a un pueblecito de Escocia en dónde los hermanos Jonathan (Steven Robertson) y William (Robin Laing) reciben con alegría el estallido de la guerra, en contraste con la pesadumbre del párroco local, Padre Palmer (Gary Lewis). Seguidamente saltamos a Alemania, para encontrarnos con el cantante de ópera Nikolaus Sprink (Benno Fürmann) y su prometida danesa Anna Sorensen (Diane Krüger), también cantante. Su actuación es interrumpida por un oficial alemán para declarar la llamada a reservistas, entre los que se encuentra Sprink. Un tercer salto nos conduce a nuestro destino final, el frente belga de Ypres, donde conoceremos al teniente francés Camille Audebert (Guillaume Canet) y sus homólogos alemán y británico: Horstmayer (Daniel Brühl) y Gordon (Alex Ferns).
Pronto coincidirán todos nuestros personajes en las trincheras de Ypres. La lucha es incesante y agotadora, pero los respectivos mandos les ofrecen un descanso a sus tropas para celebrar la Nochebuena. Anna, la prometida de Sprink, consigue un permiso del príncipe heredero alemán para acudir al frente a dar un pequeño recital de ánimo a las tropas del Káiser. Los soldados británicos, originarios de Escocia, han conseguido gaitas para amenizar la velada. Los franceses están atónitos al ver como alemanes y británicos empiezan a mostrar signos de camaradería, pero no tardan en unirse. Todos los soldados sueltan sus fusiles y salen de sus respectivas trincheras para celebrar juntos la Navidad, creando unos lazos de amistad y camaradería que cambiará el devenir de la lucha, algo que a los Altos Mandos no les gustará para nada...
La historia es sencillamente conmovedora: entre tanta muerte y destrucción, los soldados aparcan la lucha para mostrar sus respetos y celebrar juntos una fecha tan señalada como la Nochebuena. La escena de los villancicos cantados al sonido de las gaitas es abrumadora, consiguiendo un clímax emocional tremendo que llega a lo más profundo del espectador. En sus propias palabras, el director nos ha querido plasmar en las escasas dos horas que dura la película su fe y esperanza en que gestos como este puedan hacer resurgir una nueva humanidad, dejando atrás los odios y las diferencias. Que nos sirva también a nosotros de inspiración para entender y recuperar el auténtico sentido de la Navidad. Como apunte curioso, destacar que el personaje de Nikolaus Sprink está basado en Walter Kirchkoff, tenor alemán que realmente cantó en las trincheras en la famosa "Tregua de Navidad" y que sirvió de inspiración para ésta película.
Aquí podéis ver el tráiler:
Hasta la próxima entrega, Dominguers. ¡MERRY CRIMBO/CHRISTMAS TO EVERYBODY, TA-RA LADS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario