Hello, Dominguers! Es hora de ponerse el bombín y preparar el té, porque llega una nueva entrega de The British Corner.
No son pocas las reseñas sobre música que hemos tratado en ésta sección, pues como bien sabréis, el Reino Unido ha sido el país que más éxitos musicales ha logrado a lo largo de la historia. Gracias a los marinos mercantes americanos, que llevaban en sus barcos los últimos vinilos exitosos en Estados Unidos y que se los vendían en los puertos ingleses a unos jóvenes ávidos de nuevas motivaciones en sus vidas, supuso un auténtico boom con la aparición de decenas de grupos británicos que se lanzaron a la conquista del mundo (algunos con más fortuna que otros). Fue la llamada British Invasion de los años 60, y que ya no paró en las décadas posteriores.
Hoy centraremos nuestros ojos en Manchester. Capital industrial por antonomasia de la zona norte de Inglaterra, si hablamos de música de Manchester lo primero que nos viene a la cabeza son los Oasis. Pero antes de que los Gallagher saltaran a la fama en los '90, la escena musical mancunian tuvo su mayor efervescencia entre finales de los '70 y los '80, una escena musical conocida como Madchester. El conocido presentador de la BBC Tony Wilson, oriundo de Manchester, fue el gran impulsor del movimiento al fundar dos pilares básicos del mismo: el sello musical Factory Records y The Haçienda, el local donde los grupos de la escena mancunian se dieron a conocer.
Así que siguiendo el hilo conductor, hoy quiero recomendaros el biopic de un joven cantante de Manchester, líder y cabeza visible de una de las bandas post-punk más reconocidas de finales de los '70: IAN CURTIS. Lo haremos a través de CONTROL.
Control es una producción británica del año 2007, catalogada como drama biográfico y dirigida por Anton Corbijn. Nos narra la convulsa vida de Curtis, y cuyo guión está elaborado a partir del libro Touching from a Distance, las memorias que Deborah Curtis, viuda de Ian, escribió sobre la vida de ambos.
Como siempre que tratamos una película de temática histórica, haremos un poco de repaso: Ian Curtis nació en Manchester en julio de 1956. Ya de bien joven mostró gran interés por las artes, siendo la literatura y la música sus grandes pasiones (adoraba a Kafka y a David Bowie). Casado a temprana edad con Deborah Woodruff, se unió a sus amigos Bernard Sumner y Peter Hook para dar a luz a JOY DIVISION, faro de la escena musical mancunian de finales de los '70. Cansado de una vida marital que le impedía disfrutar del verdadero amor que sentía por una periodista belga, y martirizado por una enfermedad que le producía graves ataques epilépticos, decidió que ya había vivido lo suficiente a la también temprana edad de 23 años.
Analizando la trama del film, ésta se inicia mostrándonos a un Ian Curtis (interpretado por Sam Riley) que acaba de conocer a Debbie (interpretada por Samantha Morton), la que será su futura esposa. A partir de aquí, iremos viajando a través de los años acompañando al personaje principal en sus diferentes etapas: desde la búsqueda de empleo, pasando por el nacimiento de su hija, la aparición de su enfermedad, el nacimiento de los Joy Division o el inicio de su declive personal que lo llevará a un camino sin retorno...
No estamos ante un "biopic" cualquiera. En ésta ocasión, aunque evidentemente la película nos lleva a través de los acontecimientos más relevantes en la vida de Curtis, Corbijn lo ha querido hacer adentrándose en la psicología del mismo y en cómo afectó en su personalidad todo lo que le rodeaba. El hecho de haberla rodado en blanco y negro ayuda a emfatizar el dramatismo que siempre acompañó el carácter del joven cantante. Dos horas para descubrir el lado más humano de una estrella musical que cumplió la sagrada escritura del rock: "vive rápido, muere joven". Por cierto: si queréis descubrir más sobre la escena musical de Manchester, os recomiendo que le echéis un ojo a la reseña que el compañero Iván hizo sobre la película "24 Hour Party People", centrada en la figura de Tony Wilson.
Aquí va el tráiler, como de costumbre:
Nos leemos en la próxima entrega. Ta-ra, lads!
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