Hello, Dominguers! Es hora de ponerse el bombín y preparar el té, porque llega una nueva entrega de The British Corner.
Hoy volvemos a cruzar el Mar de Irlanda para poner nuestra atención nuevamente en el conflicto norirlandés, que tanto daño hizo a miles y miles de personas. Y la reseña de hoy versará precisamente en ésa vertiente, la de los familiares de las víctimas. Lo haremos con la película CINCO MINUTOS DE GLORIA.
Cinco minutos de gloria es una producción británica-irlandesa del año 2009, catalogada como drama y dirigida por Oliver Hirschbiegel. La trama principal de la película es una libre interpretación a raíz de un hecho real: el asesinato del joven republicano Jim Griffin a manos de otro joven, el unionista Alistair Little.
El film se inicia precisamente con la recreación de ése acontecimiento. Nos encontramos en Lurgan, Irlanda del Norte, 1975. El Ulster Volunteer Force es la contraposición del Irish Republic Army: jóvenes protestantes leales al Reino Unido, cuyo objetivo son los católicos pro-irlandeses. Alistair Little (interpretado de joven por Mark Davison), de 17 años, es el jefe de una facción del UVF y tiene mucha sed de sangre. Junto a otros tres compañeros, deciden asesinar a un joven católico en advertencia a las amenazas que el IRA profiere contra los unionistas. El infortunado elegido es James Jim Griffin (interpretado por Gerard Jordan), de 19 años y conocido católico republicano de la zona. Alistair se dirige a casa de los Griffin para poner fin a la vida del muchacho, pero no contaba con un silencioso testigo: el hijo pequeño de los Griffin, Joe (interpretado de niño por Kevin O'Neill), que asiste horrorizado al frío crimen. Las miradas de Alistair y Joe se cruzan durante unos segundos, unas miradas que atormentarán sus mentes durante años.
Entramos, ahora sí, en la parte ficticia de la película. Treinta y tres años después de aquél macabro suceso, Alistair (interpretado de adulto por Liam Neeson) y Joe (interpretado de adulto por James Nesbitt) se dirigen hacia un encuentro de reconciliación, preparado por un programa de televisión. Alistair, que cumplió su condena por el crimen y que da charlas sobre lo incorrecto del uso de la violencia en la solución de los conflictos, ansía ése encuentro para definitivamente poder estar en paz consigo mismo. Por el contrario, Joe es un hombre atormentado desde entonces por el recuerdo y por su propia madre, que no dudó en acusarle de no haber hecho nada por salvar a su hermano llegando incluso a culparle directamente de su muerte. Todo eso supone una mezcla explosiva para una mente atribulada que no tardará en explotar, pues Joe no acude al encuentro para un apretón de manos: tiene otras intenciones para con Alistair. Él también quiere sus cinco minutos de gloria...
Pero estando la televisón de por medio nada será fácil. Los encargados buscan el morbo del momento, una noticia impactante. El previsto encuentro no resulta ser nada natural: todo está milimétricamente preorganizado, lo que causa un gran agobio en Joe, que exige que no haya cámaras en el encuentro. Ante la negativa de los encargados, éste sale corriendo y se monta de nuevo en el coche, sin llegar a verse cara a cara con Alistair, que muestra un gran pesar por el infuctuoso encuentro.
Pero Little no está nada dispuesto a darse por vencido. Necesita explicarle a ése niño que vió ya convertido en hombre el por qué de los motivos del asesinato de su hermano. Así que decide escribir una carta a Joe citándole para un encuentro los dos solos, sin cámaras, donde poder desahogar sus sentimientos libremente y sin nada que les cohiba. A través de los dueños de un pub frecuentado por católicos (donde salta a la vista que Alistair no es bien recibido), harán llegar la carta al pequeño de los Griffin, mientras él espera pacientemente una respuesta tomando un té...
¿Aceptará Joe Griffin el encuentro para poner punto y final al tema? ¿O lo rechazará para no seguir atormentando a su familia con el truculento asunto? "Cinco minutos de gloria" son 90 minutos muy bien trabajados, con una trama que atrae y que mantiene continuamente de una forma sobresaliente un estado de tensión que nos enganchará sin remedio a la pantalla. Nos adentraremos en la mente de dos hombres para descubrir desde puntos de vista distintos cómo han vivido el mismo suceso (la interpretación de Nesbitt es excelsa, pues sus gestos, muecas, miradas... nos hacen ver de verdad el sufrimiento padecido por el personaje). Una película que también nos puede servir para debatir largo y tendido sobre el tema del perdón víctimas-verdugos, una situación que también se trata mucho en España a raíz del conflicto en Euskadi con ETA.
Una vez más, aquí el tráiler:
Nos leemos en la próxima entrega. Ta-ra, lads!
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