miércoles, 19 de julio de 2017

18 Fantosfreak - Día 2

¡Dominguers! Seguimos con la fiesta en el Fantosfreak. Ayer tuvo lugar la segunda jornada y hoy se comienzan a notar las consecuencias de dormir poco y mal. ¿Llegaremos al viernes vivos? ¿O tendremos que ponernos una sonda de café directa a vena? ¡Hagan sus apuestas!

La noche del martes contó con bastante más público que el lunes (el boca-oreja y los que repetimos del lunes arrastrando a más gente con nosotros hicieron su parte). Las cifras comentadas por la organización hablan de más de 1.500 personas que se acercaron al parc del turonet para disfrutar de un nuevo bloque de cortometrajes a competición. La nota negativa de la noche la puso el hecho de que un porcentaje muchísimo más alto que el lunes fue simplemente para tomar el fresco, sin ningún tipo de respeto por el público que intentaba prestar atención a los cortometrajes. Desde aquí hacemos un llamamiento a todas aquellas personas que vais por pasar el rato y no respetáis ni el trabajo ajeno ni el derecho de los demás a disfrutar de los cortometrajes e instamos a que os quedéis en vuestra puta casa a dar por culo a quien os apetezca en vez de joder el ocio al personal. Será que no tenéis una ciudad grande, y será que el parque no tiene el suficiente espacio como para que os vayáis a otra parte si queréis charlar, porque un festival de cine no es lugar para ello. No es tan difícil de entender, pedazo de garrulos.

Dejando de lado a la escoria que decidió ayer pasearse por allí, el nivel de los cortometrajes fue algo más bajo en general que el de la sesión inaugural, pero aun así contamos con trabajos interesantes durante algo más de dos horas. Una noche más oscilando entre la comedia, el terror, la animación, el drama y la ciencia-ficción, 11 nuevas propuestas entraron por nuestras retinas.

La noche comenzó con un concierto tributo a Eskorbuto y Parálisis Permanente que dio paso a la presentación por parte del equipo de Lopetegui Productions de su webserie La Leyenda de la Princesa Tetasuko, cuyos 4 capítulos se irán emitiendo durante el festival. Risas moderadas en un primer episodio algo irregular, pero la serie promete y estaremos encantados de ir viéndola durante los próximos días.

Imágenes cedidas por la organización del festival

El bloque de trabajos a competición se abrió con Recall, un corto húngaro dirigido por Daniel Reich (sí, el apellido da juego, lo sabemos) cuya mayor bondad es su apartado técnico, especialmente en lo que a los aspectos visuales se refiere. Fotografía y color magníficos, planos preciosistas e incluso bucólicos… para una historia que se extiende demasiado para concluir de la forma en que lo hace. Excesivos 20 minutos para un metraje que se desinfla poco a poco.

Invasion Day fue, para un servidor, una de las sorpresas de la noche. De muy corta duración, este trabajo de final de carrera cuenta con un impresionante despliegue de VFX en el que se nos muestra París atacada por extraterrestres. Una historia sencilla en el que lo único importante es, al fin y al cabo, el apartado visual… y, desde luego, es tremendo.


En tercer lugar llegó la propuesta más dramática de la noche, uno de mis cortometrajes favoritos del Cryptshow 2016, la tremendísima patada en la boca que es The Disappearance of Willie Bingham, trabajo australiano dirigido por Matt Richards en el que se nos presenta un mundo en el que se ha privatizado la gestión de las instituciones penitenciarias. Se crea un nuevo tipo de condena: una ejemplar en la que se somete, poco a poco, a cirugías para amputar partes del cuerpo del criminal. ¿Y quién escoge qué amputar y cuándo dejar de hacerlo? Los familiares de su víctima. 


Devastador, estremecedor y violentísimo aun sin mostrar demasiada carnaza, nos lleva al debate interno entre nuestro sentido de la justicia y el derecho a la vida y a una muerte digna que debería (¿o no?) tener cualquier persona, independientemente de los actos que haya cometido durante su vida. Personalmente me parece un trabajo magistral que, sin lugar a dudas, merece el amplio recorrido por el circuito festivalero del que está disfrutando.

A pesar de su totalmente antitético tono respecto a The Disappearance of Willie Bingham, el siguiente trabajo, Metube 2: August Sings Carmina Burana, lo tenía muy difícil para mantener el nivel respecto a la anterior proyección. Y, efectivamente, no lo consiguió pese a su despliegue de medios y VFX (impresionante ese tiovivo de varios pisos) o, por lo menos, no conseguí comulgar con la propuesta en ningún momento. Una especie de videoclip largo, surrealista y psicodélico que pasa sin pena ni gloria. Personalmente me pareció un desperdicio de medios y recursos tremendo… pero también es cierto que no soy muy amigo de esta clase de producciones.

El Día de los Espíritus Asesinos, quinto cortometraje a competición, es un trabajo clarísimamente amateur, con una historia simplona y un reparto en el que claramente el realizador ha tirado de amigos y conocidos para llevar a cabo el proyecto. Los efectos digitales, curiosos y logrados (dentro de las posibilidades de su presupuesto probablemente inexistente, claro), son lo más destacable de este trabajo en el que está claro que prima la pasión y las ganas de hacer cine, independientemente de los recursos técnicos y humanos con los que contaron para llevarlo a cabo.

Uno de los platos fuertes de la noche (aunque prácticamente nadie fuera consciente de ello, únicamente los que tuvimos la suerte de verlo antes) fue el corto gallego Einstein-Rosen, dirigido por la realizadora Olga Osorio, y los aplausos al acabar fueron buena muestra de ello. Y es que el film gestiona de forma inteligente los recursos y posibilidades con los que cuenta para narrar esta entrañable historia cargada de humor y ciencia, contando además con un elenco de actores tan maravilloso como poco conocido. Sin duda alguna, si el mundo es un lugar justo, os hartareis de escuchar el título de este cortometraje por todas partes. Esperamos y deseamos que cuente con todo el éxito del mundo. Será merecido al 100%.


La parrilla siguió adelante con el (si no me equivoco) único corto de producción local. Rodado en Cerdanyola, Apocalipsis Año Cero es un trabajo amateur y familiar. Tan familiar es que el corto está protagonizado por el propio director, su mujer, sus hijas y su suegro, lo cual le da ese toque entrañable. Una historia muy sencillita y sin artificios que bebe del terror clásico con la que el realizador tomó la inteligente decisión de no alargarla demasiado para que la falta de medios no significara un problema.

Otro de los highlights de la noche fue la delirante L’Ours Noir. Rodado entre Francia y la Bélgica francófona, este inclasificable trabajo parece estar realizado por Jean-Pierre Jeaunet puesto de tripis después de haberse obsesionado con slashers ochenteros de tono campy. Una pareja gay interracial a punto de casarse, un naturista amante de Nietzsche, una mujer de esas de “yo no soy racista/sexista/homófoba/whatever PERO…” y un tipo cuyo único interés parecen ser los carbohidratos y el hipismo, pasean por un parque natural cuando se toparán con la presencia de un oso cabrón con el que no funciona ningún tipo de prevención. Gore, humor absurdo y muchas risas en un trabajo llevado a cabo con el gamberrismo como bandera, de aquellos que se disfrutan el triple en un festival.


La noche comenzaba a tocar a su fin con la proyección de Ven a ; violento y visceral (nunca mejor dicho) trabajo de terror proveniente de tierras mexicanas que tira de un recurso al que ya no estamos demasiado habituados debido al flanderismo social que nos invade: mostrar a niños como víctimas, además de forma muy directa y cruda. Un trabajo sin tapujos, breve e impactante, con un toque sobrenatural.

El penúltimo cortometraje del bloque fue La Nuit Je Danse Avec la Mort. Si ya hablábamos antes de tripis refiriéndonos a L’Ours Noir, en este caso hablamos ya de contenedores gigantes de LSD y el equipo entero bañándose en él mientras desarrollan el guion y ven, de fondo, Drive y The Neon Demon. Estamos hablando de un trabajo de animación que habla de la muerte, la vida, el amor y la pasión de forma críptica y muy visual. Sugerente… sin más.

Por último, otra nueva dosis de terror vino de la mano de Monsters, un trabajo estadounidense que cuenta con un memorable doble plot twist que te deja petrificado. En él se nos explica la historia de una niña que vive encerrada en un búnker debido a que el exterior está repleto de peligrosos monstruos. Inteligente, fresca y original propuesta de Steve Desmond, un realizador a seguir muy de cerca por parte de los amantes del cine fantástico.

En unas horas nos vemos de nuevo por Cerdanyola, dominguers. ¡Que no pare la fiesta! Yo, mientras tanto, me voy a tomar el octavo café del día.

Óscar Lladó

Aquí va la crónica en vídeo por si os da palo leer:


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