Un año más toca a su fin, otro año más en el que vemos cómo
el mundo se va progresivamente a la mierda. Lo que parecía
imposible, lo que nos tomábamos a broma, se hizo realidad con la
victoria de Donald Trump en las pasadas elecciones a la presidencia
de EEUU. En Inglaterra deciden activar la máquina del tiempo para
volver 50 años atrás con el Brexit. Y nosotros mientras tanto por
estos lares vemos cómo, después de un año sin gobierno, el PP
vuelve a ganar las elecciones gracias a la complacencia del PSOE.
Las redes sociales, aquello que debería ser mero entretenimiento
y una herramienta para conectar con los tuyos y con gente de gustos
afines, son campos de batalla. Cualquier noticia de cualquier
periódico, por trivial que sea el tema que trate, genera una ristra
de comentarios de los cuales el 80% son enfrentamientos. En un mundo
en el que la comunicación es la base, es increíble ver que no
tenemos ni puta idea de comunicarnos con los demás. Discernir es
sano y normal. Es necesario. Pero el mundo, en todos los ámbitos,
está lleno de poseedores de la verdad absoluta, de justicieros
sentados cómodamente en sus sofás escribiendo desde sus Mac,
de falsos profetas que alimentan sus egos de likes y RT’s.
Las redes son el reflejo de este mundo que se va a la mierda.
Pero por suerte contamos con esa “arma de evasión” que es el
cine y, mirando por el retrovisor, en mi humilde opinión ha sido un
año bastante prolífico en el que han aparecido, prácticamente de
la nada (algunas de mis favoritas han sido óperas primas)
pequeñas joyitas que ya incluyo entre mis películas favoritas. Y no
solo hablo del fantástico, sino también de otras producciones de
otros géneros, y de todos los tamaños. Nuestra presencia desde Cine
Domingo en diversos festivales, de los cuales un servidor asistió
a los de Sitges y Molins, me ha llevado a ver más de
medio centenar de títulos producidos o estrenados en 2016. Una cifra
que, sinceramente, llevaba muchos años sin alcanzar. Para algunos no
será nada, pero nunca me tomé esta pasión como una competición.
A título personal, mi año se corresponde bastante con mi
elección de películas favoritas: ha sido un año de contrastes en
todos los sentidos posibles, en el que se entrelazan historias y
momentos que recorren un abanico de sensaciones y emociones
descomunal. Por eso el final de este año me trae una sensación
agridulce, pero también la esperanza de que en 2017 todas las cosas
positivas que me han sucedido en 2016 se multipliquen. Algo así
como lo que espero del próximo año en cuanto a cine se refiere: ha
habido momentos memorables, momentos que pasarán rápidamente al
olvido y momentos absolutamente bochornosos… así que espero que
sean los memorables aquellos que se multipliquen.
Pero por ahora, en estas últimas horas del año, toca hacer
balance... y mirar por el retrovisor.
TOP TERROR/FANTÁSTICO 2016
Me es imposible hacer un resumen de lo mejor del año sin separar
el terror. Todos los aficionados al género sabemos que no podemos
juzgar del mismo modo los títulos. Cada subgénero tiene sus
particularidades y, sobretodo en lo que al apartado técnico se
refiere, no sería justo seguir los mismos criterios de valoración.
Del mismo modo, se darían comparaciones muy injustas si comparáramos
lo mejor del terror dentro del año con grandes producciones de otros
géneros. Así que hoy toca una lista exclusivamente de
terror/fantástico, y en próximos extras hablaremos del top 10
general, los blufs del año, las películas con mejor fotografía, el
top 10 de cortometrajes y los momentos más memorables del 2016.
Escoger 10 películas dentro de un año tan prolífico para el
fantástico ha sido complicado, pero la cosa quedaría tal que así:
10. WE GO ON
No soy de terror sobrenatural. La mayoría de situaciones me sacan
de la película o me impiden sentir tensión. Todo me parece
predecible, todo lo he visto antes… seguro que es un sentimiento
familiar para más de uno (y de dos, y de tres…). Por eso, antes de
la sesión de We Go On en Molins no es que fuera con
las expectativas bajas, si no que directamente no llevaba ningún
tipo de expectativa… y la sorpresa fue mayúscula. Nos topamos con
un thriller sobrenatural perfectamente hilado y con un par de
momentos particularmente memorables que se han quedado en mi memoria
del mismo modo que hace casi 20 años lo hizo El Sexto Sentido
siendo un niño (Shyamalan, tú antes molabas).
We Go On cuenta la historia de Miles, quien
padece un profundo terror a la muerte. Obsesionado con sus pesadillas
y sueños recurrentes, un buen día decide poner un anuncio en el
diario en el que ofrece una cuantiosa recompensa a cualquiera que
pueda demostrarle si hay vida después de la muerte.
Es una lástima el hecho de que probablemente no cuente con
ningún tipo de distribución en nuestro país y pase desapercibida,
puesto que tiene potencial suficiente como para convencer, tanto si
eres aficionado al género como si no.
9. THE AUTOPSY OF JANE DOE
The Autopsy of Jane Doe es de esas películas en las que nada es lo que parece. Padre e hijo, propietarios de una morgue, realizan la autopsia a un cadáver sin identificar. Poco a poco irán destapando oscuros e inesperados secretos.
Una película claramente dividida en dos partes, y cuya primera mitad me convenció muchísimo más que la segunda, en la que hay un par de golpes de efecto que no me acabaron de convencer. Aun así, sorprendente y estimulante lo es un rato largo.
8. CRUEL SUMMER
Alrededor de 2009 o 2010 entró por mis retinas, por primera vez,
la que es una de mis películas favoritas del siglo XXI: la brutal,
cruda e imprescindible Eden Lake.
Cuando lees la sinopsis de la británica Cruel Summer
es imposible no pensar en su coterránea, pero todo se debe a que
este impactante trabajo de Phillip Escott y Craig Newman
está basado en un hecho real, y si por algo impactaba Eden
Lake era por darnos en la cara una bofetada de cruda
realidad.
Cruel Summer nos cuenta la historia de Danny,
un joven autista al que una panda de poligoneros deciden “darle una
lección” después de que éste, en teoría, se hubiera liado con
la novia de uno de ellos. Interpretaciones convincentes que, junto a
una banda sonora que contrasta con lo crudo y agresivo de las
situaciones que se nos muestran (una de mis bandas sonoras favoritas
del año, trabajo de Josef Prygodzicz, envolvente y
atmosférica, con pinceladas de trip hop y la electrónica más
ambiental), transmitiendo la misma calma que el entorno en el que se
desarrolla la acción, hacen que un guion relativamente sencillo
desemboque en un resultado altamente disfrutable.
Hasta la fecha, solo ha podido verse por estas latitudes en el
Festival de Molins de Rei, pero hay anunciada una edición
inglesa en DVD que verá pronto la luz.
7. BEYOND THE GATES
Poder conocer a un mito como Barbara Crampton ha sido uno de los highlights de este 2016, y fue posible gracias a su presencia en el festival de Sitges presentando su última producción, en la cual también ha participado con un pequeño papel: la ópera primera del talentoso Jackson Stewart, un tipo que es sin duda lo que se diría “uno de los nuestros”: amante del género (es un fan confeso de J.P. Simón y otros realizadores de nuestro fantaterror) y en especial de los clásicos. El hecho de haber crecido entre VHS (hecho que nos contó en un Q&A tras la proyección de la película en Sitges) se nota en su estilo, en sus referencias y en sus intenciones. Beyond the Gates es todo un festival de entretenimiento que emana un aroma a cine ochentero que embriaga, te envuelve y te atrapa.
Tras la desaparición de su
padre, dos hermanos vuelven al pueblo que los vio crecer para vaciar
el videoclub que regentaba su padre antes de desaparecer. En él
encuentran un antiguo juego de terror en VHS de aquellos que tan de
moda estuvieron durante los 80 y los 90. El ejemplo que más
conocemos por aquí es el clásico Atmosfear… pues imaginaos
si los chavales de Jumanji hubieran jugado con él en
la casa de Poltergeist.
Luces de neón, humo, extrañas
criaturas, otras dimensiones, algo de sangre y vísceras (lo justo…
y artesanal, como debe ser) y entretenimiento por un tubo, de ese
para disfrutar con una coca cola y un bol de palomitas. Un nuevo
título que pasa a engrosar la lista de producciones que homenajean
los 80s, con una BSO cuyos sintetizadores te trasladan en el tiempo.
¡Quiero ya una edición en VHS!
6. THE WITCH
Si el año pasado le tocaba a
Babadook recibir varapalos por todas partes debido a
una errónea campaña de marketing en la que la catalogaban como “la
película más terrorífica de todos los tiempos” yendo ésta
muchísimo más allá del terror, este año parece que han decidido
tropezar con la misma piedra con The Witch. Y, además,
ambos títulos coinciden en su planteamiento en forma de cuento o
fábula teniendo, eso sí, una aura mucho más oscura y más cercana
al terror este cuento de brujas ambientado en la Nueva Inglaterra del
1630.
Una familia de colonos con cinco
hijos que vive cerca de un bosque, del que se dice está maldito,
comenzará a enfrentarse entre sí cuando las desgracias comiencen a
caer sobre ellos. Brujería y magia negra son solo algunos de los
componentes de una historia que oscila entre el terror y el drama, y
que desemboca en un desenlace tan trágico como sorprendente.
Si bien su ritmo pausado puede
ser motivo suficiente para que mucha gente no comulgue con la
propuesta, es precisamente este aspecto, junto a su cuidada
cinematografía, lo que ha convertido The Witch en una de mis
películas de terror favoritas del año. Cuesta creer que sea una
ópera prima, hecho por el cual Robert Eggers se ha ganado a
pulso un puesto en las listas de realizadores actuales a seguir de
cerca.
5. THE WAILING
Ay, Corea… Cuantas alegrías nos
das.
Desde hace ya algunos años, mi
punto de referencia para el cine oriental está entre Japón y Corea
del Sur. Por lo general, la mayoría del cine que consumo proveniente
del país nipón suelen ser producciones de bajo presupuesto, pero en
Corea no paran de salir grandes producciones de tan alta calidad que
ya no sorprende que el apartado visual de las mismas roce la
perfección. Pero cuando te enfrentas por primera vez a The
Wailing (El Extraño) sabes que estás contemplando una obra
de arte desde el minuto cero.
Con una fotografía inmejorable de
Pyo Hong-Kyung y unos intérpretes en estado de gracia, el
director Na Hong-Jin nos ofrece una propuesta que destila
grandeza durante la totalidad de su extenso metraje, hecho que
explica por qué esta joya (ya disponible en nuestro país en DVD y
BD gracias a La Aventura) se ha colado en la gran mayoría de
los tops de medios y blogs especializados. Y es que Hong-Jin
ya nos sorprendió en otras dos ocasiones con dos maravillas como
Chaser y The Yellow Sea, demostrando una
maestría poco habitual para un realizador con una filmografía no
demasiado extensa. Pero esa corta carrera le ha llevado a realizar
este tour de force que mezcla thriller y terror con un estilo
y una clase que sitúan desde ya a Hong-Jin entre uno los
maestros del thriller coreano contemporáneo junto a grandes nombres
como Park Chan-Wook o Kim Jee-Woon.
En un ambiente rural que
proporciona paisajes y espacios impresionantes, la historia nos
cuenta la situación de un pueblo en el que comienzan a suceder
misteriosos y violentos asesinatos. Las sospechas recaen sobre un
ermitaño que vive aislado del resto del pueblo, y la torpeza de la
policía, además de la rareza de los hechos, provocará que se
requiera la ayuda de un chamán…
¡Imprescindible!
4. BASKIN
“Tío, tienes que ver una
película que vi en Sitges que parece que la haya escrito Clive
Barker”. Así me vendieron Baskin y, claro,
uno no es de piedra… El hype que siguió a esta afirmación
hasta el momento en que pude ver el primer largo del joven realizador
turco Can Evrenol fue bastante bestia… y eso siempre es
peligroso. Pero ni cuando las altas expectativas te amargan la
experiencia y el resultado con el que te encuentras es que tu
satisfacción es incluso superior a éstas, sabes que estás ante
algo especial.
Los más cercanos y aquellos con
los que suelo hablar de cine por las RRSS sufrieron las
consecuencias, ya que mi obsesión duró unas semanitas, llevándome
incluso a realizar un segundo visionado unos pocos días después del
primero, algo que no suelo hacer habitualmente. Una ambientación
oscura, malsana y retorcida, además de un villano memorable como
hacía tiempo que no me encontraba (el Padre, interpretado por Mehmet
Cerrahoglu), llevaron a Baskin a convertirse en
una de mis películas favoritas del año y de lo que llevamos de
siglo.
Desde hace un tiempo está
disponible en DVD y BD gracias a la distribuidora más valiente de
nuestro país: Vial of Delicatessens.
3. THE EYES OF MY MOTHER
Hay películas que te enamoran a
primera vista, ya sea porque te entran por el ojo, porque te
identificas con lo que cuentan o por cualquier motivo de entre los
miles posibles. En el caso de The Eyes of My Mother,
ópera prima del neoyorquino Nicolas Pesce, claramente el
apartado visual tiene un peso importante al ofrecernos esta trágica
y demoledora historia en un cuidado blanco y negro. Y es fácil
identificarse con los personajes a pesar de lo extremo de sus
situaciones, hecho que es debido única y exclusivamente a cómo se
nos transmite la historia, buscando la belleza en lo sórdido y
grotesco.
Francisca (Kika
Magalhaes) vive junto a su familia en una granja aislada, donde
su madre (una cirujana portuguesa) le enseña anatomía, educándola
en la imperturbabilidad ante la muerte. Un día, la inesperada visita
a su casa de un misterioso hombre cambiará su vida para siempre.
El gran descubrimiento, a parte
obviamente del grandísimo trabajo de fotografía de Zach
Kuperstein, ha sido el de mi actuación femenina favorita del año
con la portuguesa afincada en EEUU Kika Magalhaes, una
absoluta bestia interpretativa a través de la que se canaliza el
hecho de que The Eyes of My Mother transmita tanta
belleza a pesar de su durísima historia, puesto que su personaje
transmite tanta crudeza, como brutalidad, ternura y amor.
Un absoluto must del 2016
cuyo secreto para su intensidad reside en su corto (aunque
suficiente) metraje.
2. CRUDO (RAW)
Ayer, en mi último Baño de
Sangre del año me decidí a analizar uno de mis títulos de
cabecera de éste año, y una de mis dos películas favoritas vistas
en el pasado Festival de Sitges: Raw o Grave,
o Crudo. Llamadle como queráis, yo le llamo
PELICULÓN, así en mayúsculas
.
Raw es un
terrorífico a la par que precioso relato en el que nada es lo que
parece, en un juego de dicotomías que se dan paso entre sí para
mostrarnos los cambios que suceden en el interior de una chica joven
enfrentándose a su primer año de universidad. Y es que Justine
(interpretada por una tan maravillosa como desconocida Garance
Marillier), la protagonista, proviente de una familia en la que
todos son veterinarios y veganos, con lo cual se dispone a seguir sus
pasos ingresando en la Facultad de Veterinaria. Allí se encontrará
con la clásica situación del primer año en la que sufrirán las
novatadas si quieren encajar. En una de ellas Justine se verá
obligada a comer carne cruda, lo cual despertará en ella nuevas y
extrañas sensaciones.
En Marzo llega a los cines con la
primavera, un estreno más que adecuado para simbolizar el despertar
hormonal de nuestra querida Justine. ¡Nos vemos en el cine!
1. THE NEON DEMON
Me encanta cuando una película
genera controversia y opiniones absolutamente dispares, y conozco muy
poca gente que tenga opiniones contenidas respecto al último trabajo
del danés de nombre raro al que le gustan las luces de neón y la
violencia estilizada. De “obra maestra” a “peliculón”, y de
ahí ya hasta “timo”, “basura” y otros tantos calificativos
(nunca dejo de sorprenderme de lo rico que es el vocabulario en
cuanto a términos negativos). The Neon Demon no deja
indiferente. De hecho, ninguna de las obras de Nicolas
WInding-Refn deja indiferente.
Las miserias y desgracias del
mundo de la moda vistas a través de las gruesas gafas de NWR
nos muestran la transformación de Jesse (una Elle Fanning
que borda el papel bajo el particular estilo de los protagonistas de
las películas del controvertido realizador), una jovencísima
aspirante a modelo que llega a Los Ángeles y que verá como su
ascenso en el mundillo va acompañado de la progresiva devoración de
su candidez e inocencia.
La impecable fotografía de
Natasha Braier, el genial personaje de Jena Malone y su
magnífica interpretación, la banda sonora y lo bien utilizada que
está, la simetría y la belleza de todos y cada uno de los planos,
sus créditos finales (Sia es amor), la sencillez de su guion
compensada con la potencia de sus imágenes… hay tantas cosas
buenas a destacar de esta maravilla que podría dedicarle una reseña
completa para halagarla. Pero no será el caso.
No la recomendaría a
cualquiera, solo deseo que si decidís verla, vuestra experiencia sea
por lo menos la mitad de satisfactoria que la mía. Yo lo digo claro
y conciso: obra maestra. Directa a esa selecta lista de títulos que
se han quedado inyectados en mi retina desde el primer visionado.
Puro amor a primera vista.
¡Buena salida de año y mejor entrada, dominguers! Recordad
brindar a nuestra salud.
HAIL SEITAN!
Óscar Lladó