Siempre me ha cabreado el hecho de que
se critique el cine de género contemporáneo gratuitamente,
sobretodo cuando se suelta aquello de “es que ya no hay
originalidad, todo son refritos”, frase que, por otro lado, es un
infalible detector de gente que ni se molesta en indagar más allá
de los estrenos comerciales. De hecho, si algo puede achacarse al
cine fantástico independiente y actual es que es uno de los pocos
reductos de originalidad e indagación en nuevas formas y fondos del
panorama cinematográfico.
Cuando leí sobre el título que hoy
nos ocupa, el principal reclamo para mí, más allá de una curiosa
premisa, fue el hecho de que contara en su reparto con el legendario
Malcolm McDowell (para los profanos, el actor que encarnó a
Alex DeLarge en La Naranja Mecánica), pero algo dentro
de mí me decía que iba a tirar por el retrete una hora y media de
mi vida por ver un cameo de 5 minutos del mítico actor británico.
En lo segundo acerté, pero en lo primero no podía estar más
equivocado.
Shock Value, ópera prima
del realizador Douglas Rath, nos cuenta la historia de Miles
(Zak Hudson), un director de películas de terror de serie B
en horas bajas que, con tal de llevar a cabo su “obra maestra”
definitiva, decide chantajear a un asesino en serie (interpretado por
el también guionista Anthony Bravo) para que protagonice su
próximo trabajo. “¿Pero cómo?”, diréis. Pero contar más
restaría gracia al asunto.
Lo que sí podemos decir es que estamos
ante una mezcla de géneros y subgéneros perfectamente entrelazados,
con partes diferenciadas en el metraje que oscilan entre el terror,
la comedia y el drama sin resultar forzado. Que estamos ante un guion
repleto de grandes momentos, guiños y referencias al mundo del cine
fantástico (los comentarios sobre el found footage, las
referencias a títulos como Profondo Rosso, el
hilarante momento del festival fake creado únicamente para
que los fracasados como Miles puedan comprar galardones, los rodajes
sin permisos por falta de presupuesto, etc…) y que, pese a algunas
actuaciones algo desangeladas, estamos ante una hilarante producción
de serie B la cual, si tenemos en cuenta su presupuesto de 150.000$,
es tremendamente resultona. Un ejercicio de metacine fresco, original
y entretenido, capaz de abarcar una amplia variedad de público. Una
de esas pequeñas perlas que pasa sin pena ni gloria por no contar
con cientos de miles para distribución y que podría sonrojar a más
de un producto de primera línea.
Como resulta bastante difícil de
localizar de forma legal y con subtítulos en castellano, os animamos
a que le echéis un ojo en Filmin y, de paso, os deis una vuelta por
el maravilloso catálogo con el que cuenta la mejor plataforma de
streaming para cinéfilos empedernidos, si es que no lo habéis hecho
ya.
¡Hasta el próximo baño!
HAIL SEITAN!
Óscar Lladó
@SlasherOz
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