Hoy vamos con un poquito de actualidad, y es que una de las mejores opciones para combatir el aburrimiento éste verano es ir al videoclub a pillar una buena peli. No todo en el videoclub son blockbusters, también encontramos pequeños títulos que pueden aportarnos algo de frescura y entretenernos un ratito.
Mi recomendación para hoy va en esa línea, una peli cortita, rápida, concisa que nos hará estar muy pendiente a la pantalla además de hacernos saltar del sofá en alguna ocasión y que podréis encontrar en vuestro videoclub de confianza.
La peli en cuestión es No respires, un thriller con pinceladas de terror que trata sobre unos jóvenes ladronzuelos kinkis que van a llevar a cabo el trabajo más fácil de sus vidas, que es robarle toda su fortuna a un ciego. Cómo no, son un poco paquetillos y el ciego no tarda ni cinco minutos en descubrir que algo raro pasa.
Pero resulta que ese ciego no es lo que parece, ya que además de ser un veterano de guerra muy entrenado, está un poco ido de la olla y le ha cogido el gustillo a eso de matar. Así que las tornas cambian y los que iban a hacer un trabajo fácil que les iba a solucionar la vida, ahora se las ven y se las desean para no perderla.
Acción, violencia y una buena dosis de tensión, son algunas de las cosas que podremos encontrar en éste potente home invasion de 2016 dónde los invasores rápidamente se convierten en víctimas. Una película que juega muy bien con la oscuridad y el silencio, creando una atmósfera asfixiante.
Ideal para ver con una nachos, servesita fría y un par de colegas que planeen robar en una casa.
¿Por qué será que los humanos
tenemos la jodida manía de idealizar tiempos pretéritos? Nos gusta
pensar que, como decía Manrique en sus coplas, cualquier tiempo
pasado fue mejor y que el presente es un enorme, pestilente y
repulsivo montón de mierda. Lo curioso es que es más que probable
que, de aquí a un par de décadas, hablemos de estos 20 primeros
años del siglo XXI con el mismo cariño que hoy en día se habla de
los 80 o los 90, y obviaremos todo lo malo, tal y como hacemos ahora
con esas dos décadas glorificadas. Porque cuando pensamos en los 80
no pensamos en la heroína, ni en la dama de hierro, ni en los
Manowar (la mayor hecatombe del siglo XX tras las guerras
mundiales), si no en los videoclubs, el cine de terror, las
recreativas… No nos acordamos de los cardados, los mullets,
los chándales fosforitos y todas esas putas mierdas que ojalá no
vuelvan jamás. Solo nos quedamos con lo bueno. Semoh asín.
Por eso, cuando hablemos de 2012 en 2034 no nos acordaremos de la
crisis, el desempleo, el malestar social, el PP (esperemos que, para
entonces, ya los hayan ilegalizado como la organización mafiosa que
son) o el terrorismo (o el reggeaton, que es un equivalente a esto
último), si no que hablaremos de los inicios de Netflix,
Juego de Tronos, las barbas y “esa época en que aún
no existían los hologramas”.
Ya el colmo es cuando idealizamos una
época que ni siquiera hemos vivido, basándonos únicamente en esas
experiencias positivas que son las que se acaban contando y
añorando... experiencias que han vivido otras personas, pero que
idealizamos como nuestras. Porque un servidor, de los 80, lo único
que vivió fue el constante cambio de pañales durante 6 meses en el
89. Sí, claro, en los 90 aún bebíamos mucho de la cultura de los
80 (sobretodo en cuanto a TV y música se refiere), pero obviamente
no es lo mismo que vivir la época. ¿Por qué, entonces, tengo esa
década en un pedestal en cuanto a música, cine y series de
animación se refiere? Pues eso… falsa nostalgia provocada por la
admiración hacia las experiencias de otros en esa época que,
obviamente, no se acuerdan de los aspectos negativos de esos años.
Aunque también hay un componente claro: si eres amante del cine de
terror moderno, es normal estar enamorado de una década que sentó
sus bases. Una época de cambios y trabajos de muy diversa índole,
pero fructífera y productiva a más no poder.
Los exploits de bajo
presupuesto fueron una constante en los 70, que inundaban las
carteleras de las sesiones grindhouse con programas dobles de
lo más psicotrónico, y los exploits siguieron su sendero
natural durante la década de los 80. Raro era encontrarse con
mujeres directoras en el género, pero Barbara Peeters era una
de ellas, aunque ya dijo en más de una ocasión que para ella era
solo un inpass puesto que, al igual que cualquier humano no
quiere pasar su vida en la guardería, ella algún día quería
“graduarse en el instituto”, refiriéndose a su empeño en poder
ser, tarde o temprano, una realizadora de producciones de tono más
serio. Pero, mientras llegaba ese momento, trabajó en la compañía
del indiscutible maestro de la serie B, sir Roger Corman, New
World Pictures. En ella trabajó en roles distintos como
directora, directora de 2ª unidad, actriz, productora, guionista o
directora de arte pero, a finales de los 70, cayó enferma y estuvo
algún tiempo apartada de los platós.
Tras su recuperación, en el año 80,
dirigiría el que sería el trabajo por el que a día de hoy (muy a
su pesar) más se le recuerda: Humanoides del Abismo. Y
digo muy a su pesar porque, bajo decisión del propio Roger Corman
como productor ejecutivo de la cinta, se introdujeron una serie
de cambios sin su consentimiento que transformaron la cinta hasta el
punto de que, en algunos momentos, es difícil creer que fuera una
mujer quien estaba tras el proyecto, debido a lo gratuito de algunas
escenas de desnudos (elemento esencial para el público de esta clase
de producciones en la época, por triste que parezca a día de hoy) y
la secundarización de los pocos personajes femeninos que aparecen,
relegando a un segundo plano temas que daban originalidad y un toque
distintivo a la cinta, como la desposesión de los territorios de los
nativos americanos o temas ecológicos como la sobreexplotación de
la pesca o el uso de químicos para alterar el curso natural. Tiene
que ser frustrante que modifiquen tu trabajo sin tu consentimiento,
pero personalmente un servidor opina que Humanoides del Abismo no
sería hoy el título de culto que es sin la mano de Corman y
sus modificaciones, pese a que no me gusten los métodos escogidos
para introducirlos. Pero esos cambios le dieron frescura y dinamismo
a una cinta que, por desgracia, pecaba de un ritmo algo relajado para
el tipo de producción que se quería llevar a cabo. La introducción
de escenas violentas y sexuales dieron un necesario empujón hacia el
tan necesario shock que hace de ésta controvertida película
un ejemplo perfecto de cohesión de estilos e intenciones
aparentemente incompatibles, dando como resultado una de las
películas más entretenidas de la época.
Criaturas
marinas (que, por cierto, recuerdan “sospechosamente” a la
criatura de La Mujer y el Monstruo) que matan y violan,
seres humanos cuya ambición les lleva a ser unos estúpidos
racistas, gore divertidísimo y sin mesuras, grandes compañías que
quieren transformar para siempre el pasado con el único objetivo de
buscar su beneficio económico, tetas y culos, situaciones de
carcajada y, sobretodo, una suma de situaciones políticamente
incorrectas forman este extraño, variado y perfecto mejunje llamado
Humanoides del Abismo que es, sin duda, una de las
películas más divertidas de esa glorificada y ensalzada época que
fueron los 80. Aprovechad estas noches de verano para montar un
programa doble con Piranha entre colegas y cerveza y os
aseguro que no os arrepentiréis.
El cine oriental de bajo presupuesto asiático, es muy propenso a mezclar varios elementos populares en una sola peli para hacerla así aún más molona. Ninjas y vampiros, Kung-Fu y zombies, Shaolin y básquet...
Cientos de títulos de éste tipo se han producido por todo Asia a lo largo de la historia de su industria. Pero si alguno de ellos ha hecho realmente historia, destacando siempre y convirtiéndose en un referente por encima de todos los demás, éste es:
"Ninja vs Shaolin: Duelo Final aka Ninja Final Duel"
Ninja vs Shaolin: Duelo Final es una auténtica locura Taiwanesa, dónde un grupo de ninjas quiere destruir el poderoso templo de Shaolin para vengar la muerte de uno de sus miembros a manos de los monjes del mismo. Una premisa que se nos presenta en forma de resumen nada más empezar la película, con cortes de otra que lo más seguro es que no tengan nada que ver con la que estamos viendo.
Ninja de la unidad de asalto "Araña acuática", nivelazo
Además, por si todo ésto fuera poco, resulta que todo ser viviente en la tierra quiere aprender las artes marciales que practican éstos monjes y decenas de ellos llegan cada día al templo pidiendo amablemente, y a base de ostias, que les enseñen Kung-Fu del bueno.
Así que en vista de un ataque inminente de unos fieros ninjas con sed de venganza y la invasión de pesados peregrinos en busca de clases gratis, los monjes se encierran para prepararse para la dura batalla.
Mientras tanto, un luchador japonés un poco kinki, se enfrenta a una serie de pruebas para que su clan le permita ir al templo de Shaolin a aprender sus técnicas para luego aplicárselas ellos. Algo así como un espionaje industrial del sector del Budismo y las artes marciales, que llevará a éste pobre chico a enfrentarse a personajes tan pintorescos como el Monje de Harlem al que no duda ni un segundo en llamar "negro del demonio".
Monje de Harlem
Técnicas secretas Ninja, tías que luchan en bolas, monjes punkys, efectos especiales de cartón piedra y caspa a mansalva son algunos elementos que hacen de ésta cinta, un auténtico e imprescindible título de culto del cine cutre oriental.
Ya sabéis muchachada, si queréis ser pasar un buen rato, ser los más guays de la fiesta e impresionar a los gafapasters que solo saben hablar de Tarantino, Ninja vs Shaolin es vuestra arma definitiva.
Ayer llegó a su fin la 14ª edición del festival de cine asiático de Vic, dónde durante casi una semana hemos disfrutado de cine oriental de calidad tanto en estrenos como en sesiones restrospectivas e infantiles.
Debido al cansancio acumulado del resto del día, decidimos tomarnos la mañana libre para hacer las maletas, comer con calma, tomar unos heladitos y disfrutar tan solo Extraordinary Mission, la película de clausura del festival. Un thriller policíaco sobre un agente infiltrado en una poderosa banda de narcotraficantes y que tiene como misión, desenmascarar al jefe de ésta.
Una peli claramente influenciada por Infernal Affairs, con un desarrollo lento y una explosión de acción en su tramo final. Una peli que funciona si no le haces caso al tráiler, ya que en éste se nos muestran trepidantes escenas de acción que solo transcurren en los últimos treinta minutos de película, dándonos a entender que es una peli de acción a raudales cuándo no lo es.
Una vez acabado el festival y el recuento de votos, se anunció el palmarés de ésta edición y que estuvo divido en dos categorías: El premio del jurado profesional y el del público y los medios acreditados.
Los resultados fueron los siguientes:
Premio del jurado profesional
Mountain Cry - Premio a la mejor película
The posterist - Mención especial a mejor documental
Premio del público y medios acreditados:
Fabricated City - Premio a la mejor película
Duckweed - Premio a la mejor película
Unos premios bien merecidos ya que todos los títulos son de bastante nivel e interesantes, muestra de que tanto el festival como los gustos y compromiso del público están creciendo mucho y mejor. Sin duda el Festival Nits de cinema oriental de Vic se está consolidando como referente a nivel nacional en lo que al cine asiático se refiere, ofreciendo éste año una programación muy interesante y potente tanto en películas como en actividades paralelas al festival.
Foto cedida por la organización del festival
Muchas gracias a la organización del festival por el trato recibido y por el pedazo de evento que se han marcado éste año. En unos días subiré un vídeo comentando detalladamente las películas ganadoras de ésta edición y como no, valorando nuestra experiencia en el festival.
Además, durante el verano os voy a ir haciendo unas recomendaciones en vídeo de lecturas recomendadas para éste verano. Así no os aburrís.
Ayer estuvimos gozando cosa mala de nuestro cuarto día en el festival de Vic y cómo no, aquí estoy yo para contároslo.
Debido al cansancio acumulado de tanto ajetreo entre actividades y pelis de los anteriores días, no pudimos disfrutar de la sesión infantil con la película McDull Rise of the rice cooker. Una peli de animación que pintaba muy bien, sobre un cerdito inventor que se enfrenta a unos Kaiju.
Una peli curiosa en la saga del cerdito ya que, por lo que tengo entendido, es un personaje cuyas aventuras son siempre críticas sociales o políticas hacia el gobierno Hongkonés, haciendo que éstas no puedan ser comprendidas más allá de su país.
Tras tomar un buen desayuno en el hotel para coger energías, nos dirigimos al Vigatà para disfrutar de la última sesión retrospectiva de la edición, una sesión doble con Kara Wai cómo protagonista del programa.
La primera peli fue My young auntie, la primera aparición de la actriz en la gran pantalla dónde protagonizó a una joven que se casa con un hombre mayor para qué, tras su muerte, el sobrino de éste pueda heredar sus bienes.
Una película de artes marciales moderna, completa y con unos combates impresionantes dignos de la leyenda que es ésta mujer en el cine Hongkonés.
La sesión continuó con Mrs.K, el último trabajo y despedida de la actriz del mundo del cine. Una historia de venganza, dónde una mujer aparentemente normal, va en busca de su hija secuestrada.
Una película que entretiene pese a tener un guión flojete y que nos deleita con unas buenas escenas de acción, coreografías muy dignas y algunos cameos bien guapos.
Después de comer nos dirigimos al casino para ver la presentación del libro Kung Fu Girls, dónde sus autores e ilustrador nos han hablado un poco del contenido de la obra y de cómo ha sido la experiencia de llevarlo a cabo.
Tras la presentación, llegó el turno de The Posterist. Un documental sobre la obra de Yuen Tai-Yung, el artista que, entre los 70 y los 90, llevó a ilustró los póster de más de 200 películas del cine de Hong Kong.
Un magnífico documento que da a conocer la figura de éste tan importante artista de la cultura pop Hongkonesa que, dotado de un estilo muy peculiar, dio forma a los carteles de las películas más exitosas de de la época dorada del cine de Hong Kong, y que pudimos disfrutar con la presencia del director y el protagonista.
Y bien entrada la noche, llego el turno de Shock Wave. Una peli de acción protagonizada por Andy Lau, dónde un mafiosillo llena la ciudad de bombas para vengarse del artificiero que metió a su hermano entre rejas.
Una película con regustillo a clásicos del género como El especialista, Pánico en el túnel o La Jungla de cristal, llena de acción pero algo lenta y muy predecible. Entretenida, para pasar un buen rato viéndola con amigos. Exitazo en los cines chinos.
Para acabar de finiquitar la jornada, nos dirigimos de nuevo al Vigatà para disfrutar del Tetsudon. Una selección de cortos de bajo presupuesto japoneses dónde ésta vez en su edición The Kaiju Dream Match, el tema principal eran los monstruos.
Una pieza muy curiosa y divertida para los amantes del trash, que no decepciona y menos cuándo uno la ve acompañada y presentada por su director Reji Hoshino.
¡Y nada! Hoy seguiremos a tope para disfrutar e informaros del último día del festival.
Ya llevamos tres días en el festival de cine oriental de Vic y el nivel no para de subir.
Por la mañana en la sesión infantil, se han proyectaron los cuatro primeros capítulos de Ronja, la hija del bandolero. La primera serie de animación del aclamado estudio Ghibli y que nos ha dejado con bastante mal sabor de boca tanto por la calidad de la animación como del producto en si.
Tras la dosis de anime mañanero, nos pusimos a tope de power en la sesión retrospectiva con Naked Weapon. Una peli modernita de artes marciales, dónde la jefa de un grupo de asesinos, secuestra y adiestra niñas pequeñas para convertirlas en máquinas de matar.
Una película algo exagerada, sencilla y con algún que otro fallo de guión pero que funciona muy bien con grandes dosis de acción y estupendas coreografías desde el principio. Eso si, de desnudos más bien pocos.
Después de comer, asistimos por una parte a la masterclass de cine Filipino de Andrew Leavold dónde ésta biblia con patas del cine de serie B, dio un pequeño repaso a la historia del cine Filipino centrándose sobre todo en las producciones de bajo presupuesto y exploitation.
Por la otra, disfrutamos de Gulabi Gang. Un documental centrado en un grupo de mujeres que, en la India rural, se juegan el pellejo por luchar contra la violencia de género y la discriminación.
Tras una pequeña pausa para merendar, nos dirigimos al Vigatà para ver Duckweed. Un interesante y divertido título Chino que narra la aventura de un reputado corredor de Rally, que tras un brutal accidente de coche, entra en coma y viaja al pasado donde intentará conocer a sus padres desde otro punto de vista.
Una película breve y concisa que soprende tanto por su ejecucción como por sus excelentes escenas de artes marciales.
Más tarde, nos acercamos a la Bassa de los hermanos para cenar mientras veíamos Munna Michael. Una superproducción de Bollywood dónde la estrella Tiger Shroff, encarna el papel de un jóven huérfano fan de Michael Jackson que se gana la vida bailando.
Su "carrera" da un cambio considerable cuándo es contratado por un mafioso para que le enseñe a bailar. Mafioso de cuya amante se enamora y hace que todo se complique más.
Un super drama amoroso mezclado con bailes espectaculares y escenas de acción de lo mas exagerado al estilo Indio.
Y para acabar el día, estuvimos viendo de nuevo en el Vigatà, Vampire Cleanup Department. Una cómedia sobre vampiros chinos dónde un chavalin, novato en un cuerpo de erradicación de vampiros, se enamora de una joven vampiro/humano.
Una cinta cargada de humor bastante tontorrón, que incluye cameos de estrellas del género, pero que decepciona debido a su ritmo lento y la falta de acción a lo largo de la cinta.
¡Qué pasa
dominguers! Ya llega el fin de semana, lo cual siempre es una
buena noticia. La mala noticia es que ya se acaba el Fantosfreak
y vamos a echar de menos las sesiones nocturnas de cortometrajes a la
fresca. Eso sí: desde ya, se convierte en una cita obligada en
nuestros veranos y el año que viene ahí estaremos de nuevo al pie
del cañón. Pero la cosa no se acaba, porque si no habéis podido
disfrutar de las sesiones de cortos a competición que han tenido
lugar desde el pasado lunes, esta noche se proyectarán los ganadores
de los 6 premios del festival, además del último capítulo de La
Leyenda de la Princesa Tetasuko (la webserie que se ha estado
proyectando estos días antes del bloque de cortometrajes) y algunos
trabajos realizados por miembros del staff del festival, entre los
cuales cabe destacar el estreno en casa (10 meses después de su
estreno en la pasada edición del Festival de Sitges) de las
aventuras y desventuras del ¿héroe? Chuck Lee Bronson en
Justicia Justiciera III: Kung Fu Karate Annihilator. Un
trabajo que es la definición de “cortometraje festivalero”, el
cual estamos seguros que hará las delicias de los asistentes al
Fantosfreak debido a que su tipo de humor es exactamente el
mismo que tienen los interludios y sketches que se proyectan
entre corto y corto durante el festival. Al fin y al cabo, su
director es ni más ni menos que Rafa Dengrá, director y alma
mater del Fantos.
Pero no adelantemos acontecimientos y
dediquémonos a lo nuestro, que es rememorar y valorar la noche de
ayer, cuarta del festival y última proyección de cortos en
competición. Sin duda alguna, para un servidor resultó una de las
noches más potentes en cuanto a la selección de trabajos, entre los
cuales figuran algunos de mis títulos favoritos de los 44
finalistas. Vayamos por pasos.
El pistoletazo de salida lo dio El
Retrato, cortometraje con caras ya conocidas (su protagonista
y su director – que también tiene un pequeño papel – son dos de
los actores de Annunaki de Alberto Noriega,
proyectado el lunes) que bebe del terror sobrenatural clásico en un
formato de programa televisivo de reportajes. Trabajo claramente
amateur, con planos interesantes pero que, debido a un metraje
excesivo, se acaba haciendo algo tedioso. Según comentó David
Ayén, su director, es su primer cortometraje y, aunque apunta
buenas intenciones, estamos seguros de que podría ofrecer muchísimo
más con un guion más sólido y trabajado, además de cuidar más
los detalles y trabajar más las actuaciones de sus actores para que
el resultado final resulte más convincente.
El siguiente turno fue para un breve
pero refrescante cortometraje de humor con una protagonista (que
parece ser bastante fan de los KK Deluxe) y su último tema
compuesto, cuyo estribillo no acaba de convencer demasiado a su
padre… con un trabajo de arte genial (¡que habitación más
molona!), casi tan genial como sus actuaciones, Estribillo
de César Tormo es una muestra de que con mimo, cariño,
ingenio, una buena idea y la ayuda de amigos o familiares se puede
hacer un trabajo que mire directamente a los ojos a producciones de
primera línea. Chapeau!
Hoy Me Ha Pasado Algo Muy Bestia
es un cortometraje (que ya habíamos visto en el pasado Sant
Cugat Fantàstic) basado en el universo creado a partir del cómic
y las novelas de mismo título. Y, de hecho, está únicamente
enfocado a las personas familiarizadas con ese universo porque, si no
lo estás (como yo), es posible que acabe, te guste lo que has visto
pero no hayas entendido una mierda de qué y por qué ha ocurrido. A
resaltar el trabajo de fotografía y las coreografías de acción,
coordinadas por los cracks de In Extremis Film Services.
La de ayer fue una noche con diversos
cortos francófonos, el primero de los cuales fue la salvajada
animada Juliette, dirigido por Lora D’addazio y
proveniente de Bélgica. Un viaje acompañando a los demonios
internos de una aparentemente tímida y retraída muchacha que
desemboca en un final cuya animación me recordó a las partes más
gore del anime Corpse Party.
El turno llegó para La Voce,
un sórdido, surrealista y oscuro relato de amor y dolor regado con
ópera. Rodado en blanco y negro, la historia nos cuenta el desengaño
amoroso de un hombre desesperado por ser amado. El tramo final es
simplemente magistral… y eso lo dice alguien que no es muy amigo de
los musicales. Tan precioso como extraño y devastador.
El segundo trabajo de animación de la
noche vino de la mano de Ramón Alós con su cortometrajeEl Invernadero. Una animación, sobretodo en cuanto
al diseño de personajes se refiere, que puede recordar a Tim
Burton, aunque el giro oscuro, macabro y retorcido de su guion no
tiene esa cierta inocencia y candidez de los trabajos del realizador
estadounidense. Un guion sumamente original que hace de El
Invernadero una propuesta fresca y arriesgada.
El terror con protagonistas de carne y
hueso llegaba de la mano de iMedium, un film que
demuestra que una buena idea, un guion bien desarrollado y unos
actores convincentes son el único requisito para rodar, con poco
presupuesto, un trabajo candidato a acumular selecciones y premios
por doquier. ¿Qué os apostáis a que, en cosa de un año, iMedium
habrá superado el medio centenar de selecciones como mínimo?
Apuntad esto en vuestras agendas mentales, porque ya veréis como
tengo razón y esta app para contactar con nuestros familiares
fallecidos va a dar mucho que hablar.
La recta final comenzaba a llegar con
la curiosa Eldritch Code, una aproximación moderna al
universo Lovecraft, en particular a los Mitos de Cthulhu,
representada a través del mal día que está teniendo el
ingeniero de sistemas de una empresa que se enfrenta a un agresivo
ataque informático. Al igual que con Hoy Me Ha Pasado Algo Muy
Bestia, puede que deje frío y confuso a quien no esté
familiarizado un mínimo con el mito de Cthulhu, pero desde luego no
se pueden negar las bondades de su apartado técnico.
Es muy raro que, con lo
insensibilizado que estoy ya respecto al cine de terror, un trabajo
del género consiga ponerme la piel de gallina. Muchos me entenderéis
si digo que echo de menos pasar miedo con el cine, y que me es
increíblemente difícil conseguirlo. Pues bien, que lo consiga un
cortometraje en un ambiente no muy propicio para sentir miedo
(rodeado de centenares de personas, muchas de ellas de cachondeo y de
charla, dificultando la inmersión) es, desde luego, una señal
inequívoca de que el producto es bueno. Y el título canadiense
Point of View consiguió anoche, con su juego del
“pica-pared” en la morgue, que varios escalofríos recorrieran mi
columna vertebral hasta erizarme los pelillos de la nuca. Sin lugar a
dudas, mi favorito de la noche y uno de los trabajos que más he
disfrutado estos días. Justin Harding, you fucking rock.
Sofá, Manta, Palomitas
suena a planazo insuperable, pero en realidad es el título del
penúltimo trabajo de la noche. Y, efectivamente, lo que empieza como
un planazo insuperable acaba torciéndose de forma drástica. Me
encantó el detalle de recrear la película que están viendo los
protagonistas, lo cual aporta un toque gore y gamberro al
cortometraje. Buen trabajo de Erik Gatby.
Y el honor de cerrar las proyecciones
de los cortos a competición recayó en Quenottes,
rodada entre Luxemburgo y Francia. Un trabajo que remite a esas
películas ochenteras de animales hijoputescos, dándole un siniestro
giro al mito del Ratoncito Pérez. A pesar de resultar convincente y
entretenido, es de aquellos trabajos de “una vez y no más”
que ni siquiera te planteas revisionar.
Y esto ha dado de sí el Fantosfreak
hasta hoy: 4 días con 44 cortometrajes, decenas de intros,
interludios y falsos anuncios, muchas risas, escalofríos, algún que
otro nudo en la garganta y, en mi caso, mucho café. Estamos
planteándonos buscar sponsorización de alguna marca de café para
la edición del año que viene, con lo que contactaremos con la gente
de Decorado con tal de que nos pasen el contacto del
delicioso café marca Acmë.
Después de tanto drama y sentimiento hoy os traigo sangre, vampiros y una chica sin escrúpulos.
Preparaos que hoy toca bañar el salón con gritos, sangre y peleas.
Hoy hablamos de la conocida película Anime Blood: The last vampire dirigida por Hiroyuki Kitakubo y producida por los estudios Production I.G y SPE Visual Works, creadores de Ghost in the shell.
La película se sitúa en 1966, meses antes del comienzo de la Guerra de Vietnam y tiene lugar en la base aérea americana Yohkoto en Japón. Saya, una misteriosa chica que porta una espada, después de una lucha en el metro, recibe la misión de infiltrarse como estudiante en la escuela de la base para buscar y eliminar quirópteros, unos monstruos vampíricos que se alimentan de la sangre de los humanos.
El título de la película implica que ella es el último vampiro y durante la historia se refieren a ella como el último original (ella puede ser una reina). Al contrario que en otras historias de vampiros, Saya no sufre ningún daño si se expone a la luz del sol, pero posee reflejos y fuerza sobrehumanos. A pesar de que trabaja para los humanos y por su salvación, en todo momento manifiesta un gran desdén por ellos.
Visualmente, es impresionante. Toda la película se ha generado con ordenador, mezclando la animación tradicional con efectos 3D y fondos excepcionales. Esto se aprecia en el movimiento de los personajes, que es bastante realista.
Los efectos visuales y la atmósfera oscura que se nos genera de Blood también son evidentes en la técnica, mucho detalle en muchas escenas y se presta una atención especial a la luz y la sombra. También hay que señalar que Blood intenta ambientarnos en la historia y como en la base se habla con una mezcla de diálogo Inglés y japonés. Por ello no es de extrañar que dos terceras partes del diálogo es en Inglés.
El film es realmente corto, apenas 50 minutos de animación y no deja un final realmente cerrado.
A un servidor le gustó mucho, por la animación y la ambientación, aunque es cierto que le falta chicha en cuanto a historia y trama, pero es un film que se debe ver si te gustan los vampiros, las historias oscuras y la sangre.
La película cuenta como secuela un manga con el mismo título de forma oficial y de forma alternativa ha habido varias series que han hecho su propia continuación respecto a la película,Blood+ y Blood-C.
¿Que es lo que pasa realmente en la base? ¿Que tienen que ver las personas que allí viven?
¿Quienes son esos seres dominíacos? Y, ¿Que tiene que ver en todo esto Saya?
Ayer tuvo lugar el tercer día del festival de cine asiático de Vic, el segundo para nosotros. Un día bastante completo y con unos títulos que van marcando el camino de lo que será la esperada jornada del fin de semana.
Foto realizada por la organización del festival
Decidimos no ir a la primera película de la mañana para poder disfrutar de una excursión al pueblo de Rupit, que el festival había organizado para que la prensa e invitados desconectáramos un poco. Que parece que no, pero lo de estar tantas horas en el cine viendo pelis de chinacos, grabando vídeos y escribiendo crónicas día tras día, pues un poco cansa.
A las 12:00h en el pase retrospectivo se pudo disfutar de Magnificent Warriors. Una entretenida cinta de acción y artes marciales, donde un grupo de rebeldes que luchan contra la invasión del Japón a China, se embarca en al misión de evacuar de la zona al alcalde de un pueblo aliado.
Todo y que el primer tramo de la cinta es bastante regulero, con un tira y afloja entre los protas, algún secundario tontorrón y alguna escena de acción en clave de humor tontorrón, llega un punto en la trama en le que todo se vuelve más serio y nos brinda unas escenas de acción muy chulas.
Tras regresar de la excursión, decidimos sacrificar el documental de las 16:00h y la peli de las 18:00h para dedicar el tiempo a tareas del blog y asistir a la entrevista que los compis de Terrorweekend realizaron al equipo de Strange tales of love and strangers. Dónde a parte de aclarar algunas dudas sobre la realización del filme y escuchar alguna que otra curiosidad, también hemos podido aprender un poquito de cómo trabajan nuestros compañeros de medio.
Y tras un merecido descanso, nos dirigimos a la Bassa de los hermanos para cenar mientras veíamos la película Fabricated City, una peli coreana de ciencia ficción/acción dónde un chaval que se pasa la vida jugando online, se ve injustamente acusado de un crimen que no ha cometido e ingresa en prisión.
Poco después, tras escaparse de la cárcel y con la ayuda de unos amigos hackers, comenzará a buscar pruebas para poder demostrar su inocencia.
Un impresionante y logrado blockbuster que, si bien podría haber sido algo mucho más profundo, se queda tan sólo en una cinta entretenida y con acción a raudales.
Cuando asistes todos los días a un
festival que se celebra entre semana y no tienes la suerte de estar
de vacaciones, el tamaño de las ojeras aumenta a la par que el de la
sonrisa a medida que los días avanzan. Acostarse a las tantas,
levantarse temprano… en definitiva, dormir poco, es un mal menor si
cada noche disfrutas de sesiones de cortos cojonudos a la fresca.
Ya os hemos contado las bondades del
Fantosfreak, pero seguimos insistiendo en que tenéis que
vivirlo por vosotros mismos. Parece que, noche tras noche, el público
aumenta un poco más. Si continúan así, el viernes se plantan en
las 2.000 personas entre el respetable. Unas cifras de locura que
compensan sin duda el enorme trabajo de la organización en todos los
sentidos.
Con una selección de cortos bastante
equilibrada (como cada día), la tercera noche se me pasó en un
suspiro. Buena señal… ¿no?
La noche arrancó con un nuevo
episodio de La Leyenda de la Princesa Tetasuko, la
webserie que se está proyectando cada día antes del bloque de
cortos a competición. Si el primer episodio me pareció correcto sin
más, este segundo episodio estuvo mucho más divertido (videoclip de
trap incluido) y su ritmo me resultó menos atropellado que el del
piloto. Veremos por dónde continúa la aventura de Samu (de
samurái).
Imágenes cedidas por la organización del festival
El primer cortometraje de la noche fue
Share o no Share, un trabajo cuyo elenco encabeza el
gran Luis Tosar junto a Isabel Blanco y que fue
presentado por su realizador Juan Hervella, quien vino
directamente desde Galicia para la ocasión. Según comentó, no lo
pasó demasiado bien con la producción del corto, pero puede estar
contento y satisfecho del resultado. Humor, drama, crítica social,
acción y algo de gore se mezclan con savoir faire en un
trabajo curioso de puro entretenimiento.
El segundo trabajo fue
una frikada del santo copón, muy sencillita, con solo dos
personajes y una sola localización. ¿El título? Lo de Mis
Tetas, bastante descriptivo de lo que nos encontramos en él.
Poco más de un minuto de humor absurdo para partirse el ojete a
gusto alrededor del clásico chiste.
La sesión siguió con
Dawn of the Deaf, un título inglés dirigido por el
jovencísimo Rob Savage. Lo que al principio parece un drama
protagonizado por una chica sorda, se convierte finalmente en un film
de terror. Un cortometraje claramente realizado para buscar
financiación con tal de convertirlo en largometraje y que, por
tanto, nos deja con ganas de más y, sobretodo, de saber el por qué
del plot twist final.
Cold Storage
es un curioso corto con una fotografía preciosa (no puedo evitarlo:
prácticamente cualquier cosa rodada en la nieve me tiene ganado ya
de antemano) y una historia cuanto menos curiosa que sirve como
excusa para realizar un cortometraje de danza. Y es que, sí
dominguers, yo hace muy poquito que me enteré de ello, pero
existen multitud de festivales de cine de danza alrededor del globo.
No me verán por ahí, pero desde luego siempre es una buena noticia
que existan propuestas relacionadas con el mundo del cine para todos
los gustos.
De bizarrada en bizarrada
(y tiro porque me va la sobrasada… joder, ya se me está pegando
algo de Garci Superstar), el siguiente turno fue para Pizza
Face, un cortometraje de animación (¿Alguien más pensó en
la ya clásica Annoying Orange al verlo?) en el que una
pija asquerosa y superficial recibe su merecido en forma de faceswap.
Por tonta’l nabo.
En la mitad del bloque
nos encontramos con un viejo conocido, uno de mis cortos favoritos
del pasado año, el cual tuve el placer de disfrutar en el festival
de Sitges: Death Metal, de Chris Mcinroy.
Metal, satanismo y mucho gore que nos recuerda, en ciertos
momentos, a títulos ochenteros que mezclaban el metal con el terror,
como Muerte a 33RPM, Al Filo del Infierno o
incluso la más reciente Deathgasm. Probablemente el
corto más festivalero que podremos ver estos días en Cerdanyola.
Divertidísimo.
A continuación pudimos
disfrutar (o padecer, según se mire) de Cavalls Morts, un
devastador cortometraje de animación en stop motion que recrea los
horrores de la guerra desde los ojos de un inocente niño pequeño.
Una historia tan cruel como realista que deja mal cuerpo y la cabeza
dando vueltas. Un aplauso enorme para sus realizadores Marc Riba y
Anna Solanas.
Directamente desde Reino
Unido, Nic Alderton nos presentó, en cuasi-perfecto
castellano, su trabajo Misdirection (parte de una serie
de cortometrajes llamada The Albion Tales). Jugando con
elementos y temáticas aparentemente sin relación como la
infidelidad y la magia, lo que empieza como un corto con cierto toque
de humor, se oscurece poco a poco hasta eclosionar en un final tan
romántico como violento.
Imágenes cedidas por la organización del festival
El antepenúltimo trabajo
de la noche, venido directamente desde Francia, fue Le Plan.
Una historia de terror de ambientación sórdida y sucia que puede
parecer, en cierto modo, una metáfora sociopolítica. Mención
especial al maquillaje, claramente inspirado en el Nosferatu
de Murnau. Una lástima que no acabara de cerrar bien la
historia, ya que el background de algún que otro personaje se
pierde en el subtexto. Si no fuera por eso, probablemente estaría a
la cabeza de mis favoritos de los 33 trabajos que llevamos vistos
hasta hoy.
El trabajo más amateur
de la noche, junto a Lo de Mis Tetas, fue Chicaman.
Un corto modesto, con estética de cómic (ya que, al fin y al cabo,
es una historia de superhéroes) cuyo final es el clásico
busca-aplausos (que conste que es un comentario positivo aunque pueda
no parecerlo). Y, desde luego, consiguió la misión. Crudo, visceral
y directo cortometraje con trasfondo crítico hacia la lacra de los
maltratadores.
¿Y qué vamos a deciros
a estas alturas de Behind de Ángel Gomez-Hernández?
Un corto que está al borde de las 150 selecciones por festivales a
lo largo y ancho del globo, pre-seleccionado para los Goya, con una
Macarena Gómez en estado puro y premios por doquier. Una
metáfora del terror de una madre a perder a su hija expresada bajo
los cánones estilísticos del terror contemporáneo y la clara
influencia del j-horror. No te lo puedes perder, y oportunidades para
verlo seguro que no te faltan.
Hoy tendremos los 11
últimos trabajos a concurso y, a pesar de que muchos de ellos ya los
he podido ver por otras vías, ahí andaremos para contaros mañana
lo que os estáis perdiendo (si os quedáis en vuestras casas) o (si
vais) para que podáis conocer la opinión de otra persona que, al
igual que vosotros, disfrutó otra noche más de una cuidada y
variopinta selección de cortometrajes.