Tras la exitosa doble sesión de ayer de infames live actions de Dragon Ball, que organizamos junto a Cine The Warrior, sería algo casi blasfemo el no reseñar al menos una de ellas.
Así que sin más preámbulos me dispongo a hablaros de una versión de Dragon Ball en carne y hueso que marcó a toda una generación. La peli en cuestión es:
"Bola de Dragón, comienza la magia"
Rescatada hace unos añitos por Domingo López en su popular sello Asian Trash, ésta versión live action Taiwanesa no autorizada de Dragon Ball toma como base la saga de Pilaf y la adapta más o menos libremente añadiendo personajes que en el manga no aparecen, tales como el abuelo de Gokuy obviando a algún otro como la tortuga de Mutenroshi.
Pero "fallos" de guión a parte, lo más divertido de la película (a parte de su desarrollo en general) es el cambio que sufren algunos personajes para (supongo yo) no infringir leyes de Derechos de Autor. Tales cómo que Yamcha es un vaquero que lleva a un loro en lugar de al simpático y azul Puar o que el supuesto Pilaf parece que se haya hinchado a esteroides. Por no hablar de los secuaces de éste, que parecen salidos de una exploitation Cyberpunk de la época.
Goku (a la derecha) y su abuelo (a la izquerda), ambos con el mismo peinado
Sin duda nos encontramos ante una gran pieza de culto, un éxito de videoclub que al final acabaría desapareciendo (cómo otras muchas joyas del renting de vídeo) pero que ha seguido muy viva en los recuerdos de más de una generación que pudo gozar de la época dónde por estos lares, cualquier cosa de Bola de Dragón que compraras era un bootleg más o menos decente según la suerte que tuvieras.
Pilaf super hormonado y sus guardaespaldas de la movida Madrileña
Así que fans del manga/anime y sobretodo los de Dragon Ball, aquí tenéis una pieza imprescindible de la franquicia de Goku y compañía. A la vez que un cultazo del cine de acción/fantástico oriental familiar del cuál puede encontrarse por las redes una versión (creo que oficial) remasterizada con CGI cutre que te cagas.
Hoy toca hacer la competencia al compañero Abel y su British
Corner, puesto que en este baño de sangre viajamos hacia Gran
Bretaña, concretamente hasta una casita cerca del aeropuerto de
Heathrow.
Es bien cierto que algunas de las películas más crudas y
viscerales de los últimos años han salido de las islas británicas.
Ahí están títulos como la grotesca The Human Centipede 2,
Inbred o ese incomprensible “direct to DVD” que fue Eden
Lake que, a pesar de lo duro de su propuesta, tiene un fuerte
potencial comercial. Propuestas de todo tipo llegan cada año a
nuestros festivales y al mercado de DVD, y otras no cuentan con
distribución de ningún tipo en este país. Por suerte, tenemos a
cinéfagos empedernidos que disfrutan con la faceta menos amable del
terror y el gore como la gente de Madness Films, responsables
de una limitadísima tirada de la película que hoy nos ocupa.
Mum & Dad cuenta la historia de una particular familia
cuyo núcleo se estructura a través del severo, violento y
obviamente perturbado padre, a la cual se suma (de forma totalmente
involuntaria, claro) una muchacha de ascendencia polaca que intentaba
ganarse la vida limpiando en el aeropuerto. Allí descubrirá que, a
menos que sea una buena chica con papá y mamá, el dolor y el
sufrimiento se convertirán en sus mejores amigos.
Este largo debut de su director Steven Sheil es una de esas
películas que busca, casi única y exclusivamente, incomodar al
espectador. Lo que puede ocurrir en esos casos es que el espectador
neófito sienta el efecto que el realizador pretende transmitir, y lo
más probable es que, si no eres lo suficientemente explícito, el
espectador “experto” eche en falta mucha más casquería.
Provocaciones pueriles y actuaciones poco o nada creíbles en
algunos de los papeles principales hacen que, hasta el tramo final,
no acabe de arrancar… pero la espera merece la pena. Con alguna
escena que recordará a cierto trauma noventero (a ver quién
encuentra el paralelismo con Se7en), las cotas de enfermedad
suben como la espuma hasta una cierre del tercer acto que, por
desgracia, escoge la comodidad y desecha las infinitas posibilidades
que la historia ofrece. Una lástima.
Con cierto aire amateur, Mum & Dad únicamente
destacaría por su claustrofóbica ambientación y por sus no
demasiado extensos momentos de gore. Un torture porn
entretenido sin más que, si bien no invita a un revisionado, no es
de esas películas que te hacen sentir que has perdido el tiempo.
Recordad seguir los consejos que la película transmite en cuanto
a lo de iros, en plena noche, a casa de absolutos desconocidos.
Suerte con lo de escaparos.
Esta semana en La Biblioteca os traigo un clásico de la
historia del cine dirigido por James Whale (Frankenstein, Bride of Frankenstein), adaptación de la novela del
escritor de ciencia ficción H.G. Wells.
El científico Griffin desaparece de su laboratorio después
de un experimento, dejando a sus colegas Kemp y Cranley preguntándose dónde ha
ido. Mientras tanto, un hombre extraño llega a una posada, cubierto de vendas,
sombrero y abrigo largo y actuando de forma extraña. Después de ser denunciado
como “invisible” a la policía, Griffin regresa a ver a Kemp y sufre atisbos de
locura. Con sus amigos tratando de ayudarlo y la policía tratando de atraparlo,
la incapacidad de Griffin para encontrar una cura continúa haciendo merma en su
cordura, lo que lo conduce a un frenesí.
Esta versión del Hombre Invisible tiene como puntos fuertes
la magistral dirección de Whale, la creatividad y la excelencia técnica y
cuenta con unos efectos especiales sorprendentemente buenos teniendo en cuenta
que se trata de una película de los años 30.
En cuanto al reparto, para alguien que solo tiene unos
segundos de tiempo real en pantalla Claude Rains es increíble. Su voz genera tanta
presencia que a veces resulta fácil olvidar que no está allí. La actuación de
Una O’Connor por otra parte es más o menos correcta.
La película ha sido clasificada como terror pero en realidad
contiene muchas más escenas de humor que de horror en sí. La policía, los
transeúntes asustados e incluso los mismos Claude Rains y O’Connor componen la
diversión que propone The Invisible Man a lo largo de todo el metraje sin caer
en la comedia fácil.
Más allá de los efectos especiales, la película es
maravillosa desde un punto de vista técnico. La iluminación, la cinematografía
y el diseño de set son increíbles y algunos de los mejores de su época. Es de
destacar el uso de Whale de su cámara como parte de la acción cuando muchos de
sus contemporáneos no salían de la planificación de planos y la cámara fija.
Una mezcla genial de emociones y comedia, que rodea una
historia de ciencia ficción de interés constante. En definitiva todo un clásico
que nunca decepciona.
Últimamente sea con un género u otro, os he venido recomendando películas bastante moviditas con más o menos acción. Para hoy tengo preparado algo más relajadito y calmado pero bastante chocante, una película dónde el drama, la violencia y adoptan un tono más cotidiano.
La peli en cuestión es Elephant, una brillante recreación de la famosa matanza en el instituto Columbine dónde, para quién aún no esté al tanto, un día un par de chavales se armaron hasta el ojete y soltaron toda su frustración pelándose a todo bicho viviente que pudieron.
Los hechos causaron un gran impacto en la sociedad americana (y mundial), dando pie a una gran reflexión sobre el ambiente en las aulas y la libertad con la que se puede adquirir un arma es Estados Unidos. De inmediato surgieron especiales en la tele, documentales y todo tipo de material informativo que uno pueda imaginar, pero sin duda el más famoso fue el morboso y políticamente incorrecto Bowling For Columbine de Michael Moore.
Poco después de dicho documental Gus Van Sant se lanzó a la piscina con Elephant, una película que recrea de un modo bastante especial e interesante toda ésta tragedia.
Lo maravilloso de ésta película es la forma de contar la historia dónde, huyendo del morbo y el sensacionalsimo, el director apuesta por tratar todo el contenido de manera calmada y natural haciendo que el ritmo sea el mismo para mostrarnos el día a día de unos chavales de instituto que para hacerlo con la matanza en si.
Así que en Elephant tenemos una típica película adolescente que muestra el día a día de personajes habituales en los institutos americanos, cómo la "rarita" de clase, el guaperas con padre alcohólico, el fotógrafo y etc, a la vez que relata la planificación y ejecución de un crimen. Todo al mismo tono, al mismo nivel, sin música a todo trapo para las escenas de acción ni un trato especial a "los malos".
Y ahí reside su magia, en mostrarnos la violencia tal y como es, como algo cotidiano. Ya que cuándo éstos chavales compraban armas no lo hacían en el mercado negro a través de un red de delincuentes, ni sonaba una música especial cuándo disparaban a la peña. Es más, no había héroes ni movimientos de kung-fu, sólo jóvenes que intentaban sobrevivir.
Realidad, cotidianidad y crudeza es lo que podemos encontrar en ésta joya de culto Estadounidense cuyo director arriesgo escogiendo transmitir realidad ante ofrecer morbo y que te atrae con su ritmo pausado y natural.
Ideal para ver con los colegas, unas birritas frescas, muchas palomitas y algún colega pro armas.
¿Con ganas de más Anime? Pues coged asiento, algo de picar y a por otra entrega de Anime no Shiro.
Hoy me encantaría reseñar una gran obra de ciencia-ficción y romance basada en la novela Toki wo Kakeru Shojo de Yasutaka Tsutsui publicada en 1967. Esta película dirigida por Mamoru Hosoda y producida por Madhouse fué estrenada en 2006.
Makoto Konno es una estudiante de secundaria aficionada al baseball y que pasa la mayor parte de su tiempo con sus amigos de clase. Tiene una vida muy normal pero un día, tras descubrir un mensaje muy extraño en la pizarra, es sorprendida por una presencia y tropieza cayendo encima de un objeto en forma de nuez.
Todo parece ir normal de vuelta a casa, pero Makoto pierde el control de su bicicleta y es arrollada por un tren. Sin saber que pasa, se transporta minutos antes del accidente y de esta manera se percata de que puede saltar en el tiempo. A la única que decide contárselo es a su tía, la cual le cuenta que ella también puede saltar en el tiempo y e aquí una de las incógnitas de la película, quien es realmente su tía?
Sin saber como, Makoto empieza a experimentar para poder saltar en el tiempo y ese mismo día se percata de que en su brazo hay un número y cada vez que salta, este cambia en una cuenta atrás.
Durante el film iremos viendo cambios que se van produciendo al saltar en el tiempo, cambios que realiza nuestra protagonista para conducir los eventos a su bien. Aunque con ello implique que a los demás también les afecten. Estos cambios también tendrán como protagonista a Namiya Chiaki, compañero de clase y amigo de Makoto de quien está enamorado.
Pero, Quien es este chico? Por que a aparecido como de la nada y que relación tiene con Makoto?
¡Muy buenas, Dominguers! Es hora de ponerse el bombín y preparar el té, porque llega una nueva entrega de The British Corner.
Hoy os quiero reseñar una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Concretamente, la trama tiene lugar durante los primeros compases de la contienda, en los meses de verano-otoño de 1940. Vamos a revisionar LA BATALLA DE INGLATERRA (en inglés, BATTLE OF BRITAIN).
La Batalla de Inglaterra es una producción británica del año 1969, catalogada como drama bélico y dirigida por Guy Hamilton. Como ya se ha comentado está basada en hechos reales: el llamado Blitz, nombre con el que se conoce a la serie de ataques aéreos alemanes sobre territorio británico. También hay algunas partes de la trama que son ficción.
Antes de empezar con la revisión de la película, convendría hacer un poco de historia y ponerse en situación para entender mejor su desarrollo. Después de la estrepitosa y humillante caída de Francia (junio de 1940), la Operación León Marino eran los planes de Hitler para su siguiente objetivo en Europa: la invasión de las Islas. Con más de media Europa bajo control alemán y la URSS aún en su bando (pacto de no agresión germano-soviético), sólo el Reino Unido se mostraba firme ante el dictador nazi. Su caída implicaría el dominio total del Viejo Continente. Con el norte de Francia ocupado, cruzar el Canal de la Mancha debía suponer un mero "salto" (desde Calais se pueden distinguir perfectamente los acantilados de Dover), pero antes debía conseguir la supremacía aérea sobre el Canal, así que Hitler ordenó a la Luftwaffe de Hermann Göring (cuyo personaje en la película, interpretado por Hein Riess, se aleja bastante del Göring obeso de la vida real) el trabajo de aniquilar a la RAF (Royal Air Force) para poder dar paso a las tropas terrestres en suelo británico. Ésa lucha RAF-Luftwaffe es la que ha pasado a la historia como Batalla de Inglaterra.
La película da inicio precisamente con la caída de Francia y la evacuación de las tropas británicas en Dunquerque, dando paso a las famosas palabras del Premier Winston Churchill: "la Batalla de Francia ha terminado; estoy deseando que dé comienzo la Batalla de Inglaterra". Lo cierto es que en el film se recrean paso por paso y de manera muy correcta los acontecimientos que tuvieron lugar aquél año 1940. Hamilton, el director del film, quiso reproducir la lucha con el máximo grado de fidelidad posible y por ése motivo se asesoró de ex-combatientes que tuvieron protagonismo en la batalla real: Adolf Galland (Luftwaffe), Robert Stanford Tuck y Tom Gleave (RAF). Los tres también aparecen en la película.
Los primeros ataques se dan cuando cazas alemanes (Stukas) bombardean varias estaciones de radar inglesas (que por entonces eran una invención recién salida del horno) y algunos aeródromos de la RAF, pues los primeros objetivos eran estrictamente militares, pero la historia cambia cuando una incursión de bombarderos alemanes con rumbo equivocado atacó erróneamente el East End de Londres. Incluso Hitler llegó a mandar un telegrama pidiendo perdón (!!!!), pero ya era demasiado tarde: bombarderos de la RAF devolvieron la "visita" sobre Berlín, el corazón y alma del III Reich, lo que encolerizó al dictador e hizo ordenar el bombardeo masivo de ciudades británicas (aunque en el film sólo aparecen los bombardeos a Londres, obviando otros también tan importantes como los ataques a Coventry, que quedó reducida a escombros, o a las ciudades portuarias e industriales como Liverpool, Manchester, Birmingham, Bristol...). Los cazas británicos Spitfire, considerado el mejor avión de combate de la guerra, y Hurricane lucharán hasta la extenuación para repeler al enemigo.
Lo más curioso es que en la película, y de forma paralela, no sólo se desarrolla una lucha en los cielos de Inglaterra: el piloto Colin Harvey (Christopher Plummer) y su mujer Maggie (Susannah York), Oficial de la Sección Femenina del ejército británico, mantendrán otra acalorada "batalla" en tierra por el correcto funcionamiento de su matrimonio. Puede resultar a veces muy chocante e incluso cómico, teniendo en cuenta la tragedia que se está viviendo a su alrededor...
En "La Batalla de Inglaterra" los efectos especiales son los que estaban al alcance a finales de los 60, distando mucho de los que conocemos en la actualidad, por lo que no hay que esperar una realidad al 100%. Al tener que resumir varios meses de lucha en dos horas, el ritmo es constante y los combates aéreos se producen sucesivamente. La película no goza de grandes efectos pero sí de un lujoso cartel, con actores de la talla de Laurence Olivier o Michael Caine entre otros. La fidelidad con la que se trata los hechos también es un gran punto a favor, pues además de las batallas en el aire (con preciosas vistas de los Dover Cliffs y la campiña sur inglesa) refleja muy bien el problema que tuvo la RAF con la grave escasez de pilotos experimentados, o el papel vital de la "Home Guard" (civiles cumpliendo funciones militares) escrutando los cielos desde los tejados en busca del enemigo. A modo de curiosidad, un par de apuntes: las tropas alemanas no están dobladas (¿quizás para enfatizar que eran "los malos"?) y algunas escenas están rodadas en España (como la evacuación de Dunquerque, rodada en playas de Huelva).
Llega el viernes y con él un
nuevo Baño de Sangre, aunque en esta ocasión la sangre va a
quedar relegada a un segundo plano para dejar paso a nuestra amiga la
crudeza. Y es que hoy os traigo una de esas historias en que no es
necesario un gran despliegue de gore para dejarte mal cuerpo, porque
las similitudes que uno puede hallar con decenas de casos reales y el
juego de “esto te podría pasar a ti” (o a tu hija, o a tu
hermana, o a tu vecina…) consiguen el efecto que sin duda buscaba
su guionista y realizador Michael Goi, más conocido por su
trabajo como director de fotografía de American Horror Story,
serie de la cual también ha dirigido algunos capítulos de sus dos
últimas temporadas. Efectivamente, os hablo de la polémica aunque
para muchos desconocida Megan is Missing, un found
footage de modestísimo presupuesto que injustamente pasó a
engrosar multitud de listas de “las peores películas de la
historia”.
La historia se centra en la vida
de Megan y Amy, dos adolescentes muy diferentes entre sí que tienen
una amistad muy especial a pesar de sus diferencias. Megan es
popular, sociable y hace gala de un comportamiento impropio para su
corta edad, con todo lo negativo que ello comporta. En cambio, Amy es
poco sociable y solo tiene verdadera confianza con Megan y con sus
padres, para los que aún sigue siendo “su pequeña princesa” a
pesar de empezar a mostrar evidentes signos de estar madurando. Buena
parte de la vida social de ambas, especialmente de Megan, tiene lugar
a través de su webcam y de las videollamadas que hacen con sus
teléfonos móviles. Poco a poco se irá descubriendo el por qué de
la personalidad de Megan, hasta que un día desaparece sin dejar
rastro… tres semanas antes de que lo haga también su amiga Amy.
Si bien para muchos la crudeza de
la historia reside en sus últimos 22 minutos, a lo largo de la
película se nos presentan, directa e indirectamente, situaciones muy
jodidas para la corta edad que se supone tienen sus protagonistas (si
bien las actrices aparentan unos poquitos años más, todo hay que
decirlo, con lo cual hay que hacer ejercicio de imaginación para que
el impacto sea mayor) y que, en cierto modo, justifican el
comportamiento y la actitud de Megan. Hay una escena que explica de
forma muy gráfica y detallada una situación que provoca que te
hierva la sangre y te haga perder, un poquito más, la fe en la
humanidad. Porque si bien somos en todo momento conscientes de que
estamos ante una obra de ficción que se nos vende bajo el clásico
cuento de “basado en hechos reales”, es fácil pensar que cientos
de situaciones similares tienen lugar a lo largo y ancho del planeta
cada día. Pero sí que es cierto que durante su primera hora de
metraje, Megan is Missing bien podría pasar por un
found footage similar en espíritu a películas como Kids
o Thirteen, reservando el terror para su crudo,
explícito y desolador tramo final del que me ahorro cualquier
comentario para no destripároslo a aquellos que decidáis darle una
oportunidad a esta modesta producción.
Sería muy estúpido entrar en el
apartado técnico de un found footage, pero cuesta comprender
que un talentoso director de fotografía como Goi descuide
tantísimo los enfoques y la iluminación de algunos espacios a menos
que se entienda como una maniobra para dotar de cierto realismo las
grabaciones supuestamente encontradas por los investigadores de la
desaparición, lo cual quiero entender que es el caso.
En definitiva, una agradable
sorpresa dentro de un subgénero trilladísimo y muchas veces falto
de ideas, lo cual siempre es de agradecer. Hora y media de
entretenimiento para los crudívoros del cine que, a pesar de la
inverosimilitud de varios momentos de la cinta y errores garrafales
de “primero de cinéfago”, resulta bastante creíble y, si se
consigue empatizar, ciertamente chocante. ¿Qué podría haber sido
una idea mucho mejor aprovechada? Por supuesto… como el 95% de los
films existentes.
Nos leemos en un par de semanas,
bañistas. Sed buenos y poned vuestro granito de arena para evitar la
sobrepoblación del planeta. La forma de hacerlo la dejo a vuestra
elección.
En esta entrada de la Biblioteca os traigo una adaptación de
una novela japonesa escrita por Kazuo Ishiguro llamada Never let me go. La
película, producida en UK, es un drama distópico de ciencia ficción.
El film narra la historia de Kathy, Tommy y Ruth tres niños
del internado Hailsham que descubren que han sido criados junto a todos sus
compañeros para ser donantes de órganos una vez llegados a la edad adulta. A
medida que crecen, Tommy y Ruth inician una relación sentimental con la
esperanza de que un amor demostrable les exima de su deber como donantes y
Kathy, la cual está enamorada de Tommy, se irá distanciando de ellos y
terminará trabajando como cuidadora de donantes para alargar sus años de vida.
En Never let me go, Romanek nos muestra una realidad
histórica alternativa donde la ciencia y la medicina han evolucionado pasada la
II Guerra y Mundial y donde la moralidad ha quedado sepultada pero el instinto
natural de supervivencia.
La falta de privilegios de estos niños se deslumbra rápidamente
por los interiores apagados, las habitaciones de la residencia escasas e
incoloras y los escritorios de clase usados y agrietados. Incluso los
visitantes se estremecen visiblemente al entrar en la institución pero para los
niños, por supuesto, todo esto pasa desapercibido. Nos llevan a asumir que no
han experimentado nada más puesto que Hailsham solo es un conducto. Un conducto
donde Madame (una de las responsables del centro) lucha por demostrar que son seres con conciencia y no simple
mercancía como cree la sociedad.
Mark Romanek, más conocido por su trabajo en vídeos
musicales, ha conseguido que el aura de esta película sea fría y triste a la par que reflexiva. La belleza
de este largometraje reside en su paleta de colores, que deja fuera todos los
colores primarios. De hecho Romanek dijo en varias entrevistas que se inspiró en el cromatismo
de la británica y maravillosa If... (1968) para el rodaje de la película.
Hoy vengo con ganas de emociones fuertes y, siguiendo la línea de mi último post, vengo a recomendaros una peli de terror que puede verse en algunos Cinesa dentro del ciclo Sitges Tour y que pude disfrutar en la pasada edición del Terrormolins. La peli en cuestión es La Autopsia de Jane Doe y es un poquito más malrollera que Train to Busan, es más de miedo que de castañas.
La Autopsia de Jane Doe trata de un padre y un hijo dueños de una funeraria en un pequeño pueblo a los que les llega, un extraño cadáver sin documentación ni huellas dactilares con las que poderlo identificar y que la poli local ha encontrado medio enterrado en el sótano del escenario de un brutal crimen.
Pero lo extraño del cuerpo no son sólo las circunstancias en las que se ha encontrado y qué éste sea imposible de identificar, si no que el cadáver de la chavala que está de toma pan y moja, no presenta heridas, rasguños o algún indicio o causa aparente de la muerte. Todo muy raro, pero éstos señores como son unos "pofesionales" le dan leña al mono y se ponen con la autopsia de ésta sin nombre o Jane Doe, como se dice por esos lares.
Durante el transcurso de la autopsia irán sucediendo toda serie de fenómenos extraños e inexplicables y a medida que avance el asunto, descubrirán el horrible secreto que se esconde tras ese atractivo cadáver.
Fenómenos paranormales, mucha tensión y sustos a mansalva es lo que nos ofrece ésa joyita del Reino Unido que nos hará pasar un buen rato pegados a la pantalla y pegando algún que otro bote en el sillón.
Ideal para ver con la luz apagada, servesita fresca, nachos y ganas de pasar una miajilla de miedo.
Soy Adry 29 años, amante de la animación japonesa y los videojuegos desde hace más de 23 largas temporadas. Sed bienvenid@s a la sección Anime No Shiro, en ella hablaremos y recomendaremos películas, series y otras curiosidades del mundo del Anime (animación japonesa). Algunas obras os sonarán y otras las descubriréis por primera vez en esta sección.
Para empezar vamos a ir a, por la que para mi es, la mejor película Anime de todos los tiempos. Aclaremos que tengo muchas favoritas, pero esta gana por un poco.
GHOST IN THE SHELL dirigida por Mamoru Oshii y producida por Production I.G, BandaiVisual, Kodansha y Manga Entertainment fue estrenada en Japón en 1995 y está basada en el manga de ciencia-ficción homónimo de Masamune Shirow.
La película entra dentro del género Cyberpunk. “¿Y que es eso?” Os preguntaréis muchos de vosotros.
Pues es un subgénero de la ciencia-ficción, conocido por su enfoque en un futuro distópico con alta tecnología y bajo nivel de vida. Mezcla ciencias avanzadas como la informática y la cibernética con algún grado de desintegración o cambio radical en el orden social/cultural.
Ahora si, aclarado este termino que veréis mucho por esta sección, vamos con GHOST IN THE SHELL. Peliculón donde los haya si te gusta el mundo de los ciborgs dónde robots y humanos conviven en un mundo informatizado.
Año 2029, la integración hombre-máquina existe gracias al gran avance tecnológico que hace posible el trasplante de aparatos prostésicos para mejorar la vida humana. La historia se centra en un Japón bajo una guerra cibernética e informática donde los planes corruptos políticos internacionales están presentes.
Motoko Kusanagi (Mayor Kusanagi) es un ciborg de cuerpo completo excepto su cerebro y médula, partes donde reside el ghost (la consciencia y el alma del individuo original). La Mayor junto a un grupo de agentes reclutados por ella misma, forman la Sección 9 y son los encargados de averiguar quien es el hacker que realizó una serie de ataques informáticos sobre la población, no solo afectando a sus partes informatizadas, sino también a su ghost.
En el transcurso de la trama, veremos a la sección 9 y sus integrantes buscar pistas sobre el paradero del hacker llamado “el titiritero” pero, ¿Quien es ese hacker y que relación tiene con la Mayor?
Cabe decir que la asombrosa banda sonora, su ritmo frenético y las influencias de la película BLADE RUNNER (1982) hacen de éste titulo una obra de arte, además de un título de culto imprescindible para los amantes del anime.
Trailer de la película:
Para los más curiosos sabed que el mundo GHOST IN THE SHELL se compone de el manga principal, 2 mangas más licenciados, 2 películas (GHOST IN THE SHELL y GHOST IN THE SHELL 2: INNOCENCE), 5 OVAs (GHOST IN THE SHELL: ARISE) y una serie de dos temporadas (GHOST IN THE SHELL: STAND ALONE COMPLEX y GHOST IN THE SHELL: STAND ALONE COMPLEX SECOND GIG) con sus propios OVAs y película (GHOST IN THE SHELL: STAND ALONE COMPLEX SOLID STATE SOCIETY).
¡Muy buenas, Dominguers! Es hora de ponerse el bombín y preparar el té, porque llega una nueva entrega de The British Corner.
Hoy nos vamos a transportar a la Época Victoriana. Concretamente a la segunda mitad del siglo XIX, para conocer a una de las personas que más impactó en la sociedad británica de aquellos años: JOSEPH MERRICK. Y lo vamos a hacer a través de EL HOMBRE ELEFANTE, film protagonizado por el recientemente fallecido JOHN HURT y que con ésta reseña se le rinde un pequeño pero a la vez merecido homenaje por su brillante carrera.
El Hombre Elefante es una producción norteamericana de 1980, catalogada como drama y dirigida por David Lynch. La película está basada en la historia real de Joseph Merrick, si bien algunos acontecimientos que en ella se desarrollan no corresponden al orden cronológico de los hechos reales. El guión fué adaptado de los libros El Hombre Elefante y otras reminiscencias (1923, Frederick Treves) y El Hombre Elefante: un estudio de la dignidad humana (1971, Ashley Montagu).
Hagamos un breve repaso: Joseph Carey Merrick nació en la ciudad inglesa de Leicester en 1862. A partir del año y medio de edad, terribles malformaciones deformaron su cuerpo hasta darle un aspecto exageradamente grotesco, que le daba cierto parecido a un paquidermo, de ahí su sobrenombre de Hombre Elefante. La muerte de su madre, única persona que lo veía como a un hijo y no como a un "monstruo", le afectó todavía más que la enfermedad que padecía (estudios posteriores de su cuerpo dictaminaron que fué el Síndrome de Proteus el causante y, hasta la fecha, el caso más grave jamás conocido). Repudiado por una parte de su familia y por la sociedad, tuvo que ganarse el sustento en circos y ferias ambulantes, donde era exhibido junto a otras personas con problemas o malformaciones como siameses, enanos, gigantismos... (en aquella época, los circos distaban mucho de los actuales y las "atracciones" eran estas personas, pues se las consideraba "prodigios" o "errores" de la naturaleza que debían exhibirse, los llamados Freak Shows). Sólo en el último tramo de su vida Merrick pudo gozar de la dignidad acorde a su condición de ser humano, demostrando una inteligencia superior a la media y un carácter muy dulce a pesar de los tormentos sufridos.
La película comienza con la visita del doctor Frederick Treves (interpretado por Anthony Hopkins), un cirujano del Hospital de Londres, al circo ambulante donde está el Hombre Elefante (atención: en la película recibe el nombre de JOHN Merrick, pero conviene recordar que el nombre real era JOSEPH). Para su infortunio, llega en el momento en que la policía está cerrando la parada, pues la ley de algunos países prohíbe la exhibición de personas con deformidades. Treves persiste en su empeño de conocer a Merrick (interpretado por John Hurt) y consigue (previo pago) que su "dueño", Bytes (Freddie Jones), le deje acudir a su consulta en el Hospital. Allí el doctor lo examina y presenta ante sus colegas de profesión, antes de dejarlo volver con Bytes.
Alertado por el ayudante de Bytes, que presencia el maltrato de éste hacia Merrick, Treves decide llevárselo consigo al Hospital a espaldas de sus superiores. A pesar de esconderlo en la sala de aislamiento, pronto es descubierto. El director del hospital, Mr. Carr Gomm (John Gielgud), es muy reticente a dar cobijo a una persona con enfermedad incurable. Es en ése momento cuando Merrick demuestra sus primeros signos de inteligencia, al recitar el Salmo 23 sin que nadie se lo haya enseñado previamente. Finalmente, Gomm acepta su estadía permanente en el Hospital. Pero Bytes no está resignado a dejar marchar a su principal fuente de ingresos...
La vida de Merrick transcurre apaciblemente en su habitación: lee, dibuja e incluso construye una maqueta de la catedral que ve a través de la ventana. La sociedad empieza a interesarse por ése peculiar hombre, cuyas nuevas les llegan a través de los periódicos, y comienzan a visitarlo en el Hospital. El doctor Treves tiene entonces un dilema moral, pues considera que lo único que ha hecho por Merrick es convertirlo en una "atracción" de mayor status. Mientras tanto, uno de los vigilantes nocturnos del Hospital ve en el pobre hombre deforme un filón para ganar dinero... y todo esto sin perder de vista a Bytes, que volverá para recuperar lo que considera "suyo".
"El Hombre Elefante" refleja de una forma muy dura y conmovedora la vida de un hombre tierno que, a pesar de los calvarios que le tocó sufrir, jamás tuvo odio en su corazón. Aunque se trata de una película de los 80 está magistralmente rodada en blanco y negro, lo que le da un fantástico toque a la hora de transportarnos a la época de los hechos, haciéndonos creer que realmente estamos viendo una película de finales del siglo XIX o principios del XX. Con un gran Hopkins y un fantástico Hurt (cuyo maquillaje se hizo a partir de un molde del auténtico cuerpo de Merrick, que se conservaba en el museo privado del Hospital Real de Londres), a lo largo de las dos horas de película veremos cómo una brillante persona tachada como "monstruo" logró hacer ver a la sociedad de su época que los auténticos "monstruos" eran ellos.