lunes, 17 de julio de 2017

Carta de despedida a George A. Romero



Maestro,

Que inesperada tu partida, que dolorosa va a ser tu ausencia. Me has enseñado tanto sin siquiera conocerme que me sorprendo aquí, triste y abatido por la noticia de tu marcha. Porque sí, hoy decimos adiós a un master of horror, al padre del zombie moderno. Pero también a una persona que, consciente o inconscientemente, ha servido de inspiración para todas las personas que alguna vez hemos soñado con coger una cámara y dar vida a nuestras pesadillas.

Ejemplo de cineasta guerrillero y luchador, independiente hasta las últimas consecuencias, diste una lección al mundo al mostrar que se pueden llevar a cabo proyectos de éxito con un grupo de amigos y un presupuesto prácticamente nulo. No soportaste que nadie te dijera qué debías hacer. No dejaste que nadie marcara tu camino, y mucho menos que lo allanara. Fuiste un visionario en términos de producción, realización y distribución de tus trabajos, enseñando a varias generaciones de realizadores que lo único que hace falta para tirar adelante tus proyectos es pasión, perseverancia y tocar con los pies en el suelo con la actitud de quien quiere tocar el cielo.

Viste pasar, por delante de tus gruesas gafas de pasta, las modas y los detractores que fueron apareciendo por el camino. Te mantuviste impasible, implacable, constante y convencido de que tu universo, ese que creaste y que tanto se ha imitado, tenía aún (casi 50 años después) mucho que decir… y, de hecho, ahí queda ese proyecto llamado Road of the Dead que espero y deseo que llegue a buen puerto, y que sirva como homenaje póstumo a la vez que como última contribución a tu world of the dead.

Nos enseñaste que el terror puede ir mucho más allá, que puede utilizarse como denuncia y que las masas de no-muertos sedientos de sangre son mucho más parecidas a nosotros de lo que jamás podríamos haber imaginado. Fuiste un visionario, capaz de anticiparte a grandes cambios sociales antes incluso de que sucedieran. Serviste de inspiración para alejar todo un género de los convencionalismos y clichés asociados, moldeando e inspirando a nombres ahora tan importantes como Cronenberg, Carpenter o Craven. Le diste una vuelta de tuerca al cine fantástico, no solo por tus implacables hordas de muertos vivientes, si no precisamente por ser capaz de hacernos reflexionar a la par que sentir escalofríos.

Nunca olvidaré esa mañana de vacaciones en que, sin motivo aparente, los ojos se me abrieron como platos a las 6 de la mañana, fui al comedor intentando no hacer ruido para no despertar a mis padres y, por casualidad, me topé con Dawn of the Dead empezando en la televisión. ¿Cuántas horas habré pasado imaginándome qué haría en un apocalipsis zombie? Todo “por tu culpa”. Todo después de esa mágica mañana en la que, aparentemente, estaba escrito que descubriera tu universo.

Gracias, George. De todo corazón, gracias por tu trabajo y por todas tus aportaciones a este género que es mi más pura pasión. Gracias por esas experiencias inolvidables que fueron ver por primera vez tus películas, por hacer que me obsesione durante muchos años con el subgénero zombie y, sobretodo, por enseñarme que se puede llegar a algo en la vida siendo fiel a tus principios y convicciones.

No lo sabes, pero dejas un vacío enorme en muchas personas que ni siquiera te conocíamos. Un vacío que costará llenar de nuevo.

Buen viaje, amigo. Que la tierra te sea leve. Y, por favor, si te da por volver a la vida, que sea para seguir haciendo cine por toda la eternidad.

Óscar Lladó

No hay comentarios:

Publicar un comentario