Hi, Britishness lovers!
Bienvenid@s a una nueva entrega de The British Corner.
Hoy vamos a recordar uno de los
días más negros en la historia del Reino Unido: el llamado 7-J,
los brutales atentados que sacudieron la capital, el mayor ataque al
país desde el atentado de Lockerbie en 1988. Así que vamos a vivir
un poco de angustia con una película de cine independiente: LONDON
RIVER.
London River es una
producción británica-francesa-argelina de 2009, catalogada como
drama y dirigida por Rachid Bouchareb. La película
tiene como hilo conductor los antes mencionados atentados de Al-Qaeda
en la red de transporte público de Londres.
Elisabeth Sommers (Brenda
Blethyn), mujer tradicional y de religión anglicana, es una
granjera que vive sola en su masía de Guernsey, una de las islas
bajo control de la Corona Británica en el Canal de la Mancha, cerca
de las costas francesas de Normandía. Viuda desde el año 1982
(cuando su marido murió en combate en la Guerra de las Malvinas),
tuvo que criar sin ayuda a su hija Jane, que no llegó a conocer a su
padre. Ahora Jane es una adolescente que lleva unos años viviendo en
Londres, donde estudia.
Ousmane (Sotigui Kouyaté)
es un africano de religión musulmana. Vive en Francia, donde cumple
las funciones de guarda forestal. Tiene un hijo: Alí, al cual no ve
desde los 6 años, cuando se marchó de África para trabajar en el
país galo. Ni siquiera sabe que su hijo ahora está viviendo y
estudiando en Londres.
7 de julio de 2005: el terror
siembra el caos en las calles de la capital británica. Cuatro
terroristas hacen estallar tres bombas en el Undergound y otra
en un autobús. El balance de muertos y heridos es estremecedor. La
señora Sommers se entera de lo ocurrido a través de la televisión
y decide llamar a su hija para comprobar si todo está correctamente,
pero continuamente le salta el contestador automático. Ante la falta
de respuesta, toma la decisión de marchar a Londres a buscarla
personalmente. La llegada a la capital, y más concretamente al
barrio donde vive su hija, no resulta igual a cómo habría deseado
la señora Sommers: descubre que está viviendo en un barrio habitado
mayormente por gente musulmana, incluso el piso de alquiler en el que
habita pertenece a un hombre musulmán. Mientras recorre las calles
colgando carteles con la foto de Jane, algo empieza a olerle a
chamusquina...
Ousmane es informado de los
acontecimientos cuando recibe desde África la llamada de la madre
del muchacho, y al igual que la señora Sommers, pone rumbo a la City
en busca de su hijo. Cosas de la vida, inicia la búsqueda en el
mismo barrio que la señora Sommers. A través del rector de una
mezquita consigue una foto reciente de su hijo, en la que aparece
junto a más chicos y chicas que acuden allí a recibir clases de
árabe. Camino de regreso al hotel en que se hospeda, saliendo de la
estación de tren ve en la pared carteles con las fotos de gente
desaparecida durante los atentados, pero sólo uno le llama
poderosamente la atención: una muchacha joven pelirroja que cree
haber visto anteriormente. Vuelve a echar un vistazo a la foto en la
que aparece su hijo: en ella, justo a su lado, aparece la joven
pelirroja del cartel. ¿Quién será ésa muchacha? Al llamar al
teléfono de contacto, atiende una tal señora Sommers...
¿Qué nexo de unión
puede haber entre dos adolescentes de culturas distintas? ¿Qué
interés podía tener Jane en aprender la lengua árabe? Con "London
River" viviremos 90 angustiosos minutos de constante
incertidumbre. La falta de información concreta sobre el paradero de
sus hijos hace que nos metamos en la piel de unos padres que en cada
visita a los hospitales de Londres para consultar las listas de
heridos, o las ruedas de reconocimiento de pertenencias y cadáveres
en las morgues, nos harán contener la respiración y sufrir como si
de un familiar desaparecido nuestro se tratara. Veremos también un
choque entre culturas que quizás haya que dejar de lado para aunar
fuerzas en la búsqueda de los muchachos. Mención especial al
magnífico papel que desempeña el anciano Kouyaté (falleció un año
después del estreno de esta película).
Nos leemos en la próxima
entrega. Ta-ra, lads!
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