¡Muy buenas, querid@s Dominguers!
Hoy vamos a hacer el gamberro en Free Domingo
recordando una película de dibujos animados cuyos protagonistas son
dos pollos de aúpa, y que con sus locuras nos harán desternillarnos
de risa: BEAVIS Y BUTT-HEAD RECORREN AMÉRICA (en
inglés, BEAVIS AND BUTT-HEAD DO AMERICA).
Como sabréis, Beavis y Butt-Head son dos
zumbados adolescentes que protagonizan la famosa serie homónima en
el canal americano MTV. Apasionados de la música metal,
viven solos en una casa sin aparente supervisión adulta y causan el
caos día sí día también en la ciudad en que viven, Highland,
acabando con la paciencia de todos (como con la del director del
Instituto de Highland).
Mike Judge, su creador, decidió llevarlos a la
gran pantalla después de que la propia MTV se lo propusiera
varias ocasiones en años anteriores, hasta que por fin consiguieron
convencer a Judge en 1996. Así, el 20 de diciembre de 1996 y lanzada
por Paramount Pictures, el primer largometraje de Beavis y
Butt-Head se estrenó en los cines de Estados Unidos recibiendo una
crítica muy buena y con una recaudación de 63 millones de dólares,
convirtiéndose en el mejor estreno hecho en diciembre hasta que fue
superada por Scream 2 al año siguiente.
La peculiar aventura de los dos mozos se inicia en su
casa, cuando tras un extraño sueño descubren (no sin esfuerzo) que
les han robado su querida televisión. Decididos a recuperarla a toda
costa (y tras un intento fallido de mangar una del aula de vídeo de
su instituto), se verán en la habitación de motel de un peculiar
tipo: Muddy Grimes, que está a la espera de dos sicarios que han de
asesinar a Dallas, su mujer. Grimes, visiblemente borracho, piensa
que los sicarios son Beavis y Butt-Head y les ordena cepillarse
a su esposa. Con lo que no contaba es que los dos chavalotes, que
están bastante saliditos, creen que deben beneficiársela.
Para ellos es el plan perfecto: sexo con una tía que está maciza y
encima les pagarán por ello, así que aceptan el encargo y vuelan
hacia Las Vegas, donde está la susodicha.
Una vez allí (tras un vuelo loco, como era de esperar, en
dónde conocen a una viejecita algo despistada) llegan al hotel dónde
se esconde Dallas. Para desilusión de los chicos, no van a meter
por el momento. Incluso Dallas (que de verdad cree que han ido allí
para matarla, no para acostarse con ella) les ofrece el doble de
dinero si en lugar de cepillársela a ella se cepillan
a Grimes. Los chavales no tienen muy clara la nueva oferta (porque
obviamente, siguen pensando en clave sexual), pero han de salir
corriendo del hotel porque el FBI llega para arrestar a
Dallas, que tiene en su poder una potentísima arma biológica. La
chica esconde el arma en los pantalones de Beavis y quedan en
encontrarse los tres en Washington DC, donde recibirán su
"recompensa".
Para huir de Las Vegas, Beavis y Butt-Head se suben a un
autobús de línea con destino a la capital estadounidense, que está
llenito de adorables abueletes (incluyendo la viejecita del avión).
El FBI y su obsesivo agente Flemming les pisarán los talones
continuamente, en pos de recuperar la temible arma, y no dudará en
despelotar y hacer pasar por inspecciones de orificios a todo aquél
que se le cruce por delante. La carrera hacia Washington DC está
servida, y con nuestros dos pájaros a bordo el desastre está
garantizado en todos aquellos lugares por los que pasen...
Qué mejor manera de quitarnos el stress que
echando unas buenas risas a cargo de éste par de zumbados.
Descarados, deslenguados, inocentones a veces... La duración de la
película no llega a la hora y media, por lo que es muy ligerita de
ver. Incluso cuando termine, puede que nos entren ganas de que
hubiese durado más, rollo superproducción a lo Titanic.
Porque con éste par de locos, el tiempo pasa volando. ¡Ah! Y con
una muy buena banda sonora, que también hará las delicias de
nuestros oídos.
¡A disfrutar y reír, Dominguers! ¡Hasta la
próxima!
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