Como el agua necesitaba que llegara
esta 50ª edición del Festival de Festivales del fantástico, oigan.
La vida durante los últimos días ha tomado un ritmo frenético y
vertiginoso del que va a venir bien desconectar durante unos días a
base de dosis masivas de cine y, desde luego, Sitges proporciona el
lugar y los medios para ello.
Y, siendo una edición tan especial,
los invitados no podrían ser menos. Por la alfombra roja pasearán
durante los próximos días (muchos ya lo han hecho hoy en la
inauguración) nombres tan importantes para el cine en general y para
el fantástico en particular como William Friedkin, Dario
Argento, Susan Sarandon, Barbara Crampton, Lamberto Bava y un
larguísimo etcétera. Y, además, cuentan con un padrino tan
especial como es Guillermo del Toro, quien además ha
presentado la esperada The Shape of Water (La Forma del Agua),
proyectada hoy en varias sesiones con el Auditori
repleto de gente y, obviamente, no nos lo podíamos perder.
Viniendo de ganar el galardón a mejor
película en el Festival de Venecia y habiendo cosechado buenísimas
críticas, las expectativas eran altas y lo cierto es que no ha
defraudado en absoluto. Y es que The Shape of Water es
un producto resultado de un realizador al que le sobra la
experiencia, que sabe a la perfección qué, cómo y cuándo hacer lo
que tiene que hacer para mantener al respetable embelesado durante
más de dos horas con una historia muy sencilla (incluso me atrevería
a decir que previsible) cuyos defectos quedan automáticamente por
sus puras e inocentes bondades. Una película amable (a pesar de lo
dramático y desagradable de algunos momentos) que nos invita a amar,
especialmente al cine fantástico.
Con un tono y una estética que remiten
(sobretodo al principio) a Amèlie y una historia
romántica entrañable que nos lleva a pensar en King Kong,
el tito Del Toro coge el camino fácil para traernos esta oda
al amor y a la amistad en tiempos convulsos. Situándonos en plena
Guerra Fría, una limpiadora de unos laboratorios descubre que tienen
atrapada una criatura acuática con forma humana que fue secuestrada
en el Amazonas, la cual parece comprender el lenguaje y reaccionar a
las emociones.
Oscilando entre el fantástico, el
drama, la comedia y el romanticismo, el despliegue de medios
impresiona desde el minuto cero, con ese plano en el que se nos
muestra la vivienda de la protagonista y desciende a su piso
inferior: unos antiguos cines en decadencia. Llena de detalles,
guiños y referencias, The Shape of Water es ni más ni
menos que una nueva carta de amor de Guillermo del Toro a la
vida y, como decíamos antes, al género y debería destrozar las
taquillas cuando llegue su estreno comercial el próximo mes de
diciembre. Esperaremos para ver el resultado.
¡Y mañana más!
HAIL
SEITAN!
Óscar Lladó
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