DÍA 7
Sitges cada uno se lo monta como
puede, y en mi caso me tocó perderme el quinto y sexto día del
festival para volver brevemente a la rutina, pero el miércoles del
festival tocaba volver pitando hacia Sitges al salir del curro para
ver la ópera prima de Yayo Herrero, un trabajo que me
suscitaba muchísima curiosidad por tratarse de una adaptación del
famoso cómic de Art Spiegel, Maus. La cosa
podría salir muy bien o muy mal y, de hecho, las opiniones
polarizadas han inundado las RRSS entre los críticos, aficionados y
bloggers.
Siendo imposible (lógicamente)
adaptar una representación de la Segunda Guerra Mundial con gatos y
ratones como protagonistas, estamos hablando de una adaptación
totalmente libre del cómic. Tanto que es difícil ver los
paralelismos, si bien el trasfondo se asemeja en cierto modo. Los
stills usados para la promoción de la película y la
sensación que transmitía el póster confunden muchísimo. ¿O
alguien esperaba toparse con este survival surrealista que
gira alrededor de los traumas de la guerra? ¿Alguien esperaba,
siendo una adaptación de Maus, que la historia estuviera
situada en otro país, en otra época y en otro conflicto?
Personalmente me pilló de sorpresa, lo cual ayudó (junto a las
bajas expectativas debidas a las malas críticas de mucha gente de mi
entorno que la habían visto antes) a disfrutar de una película que
parece jugar a la confusión ya incluso desde su promoción.
The Maus es una de esos
títulos que se disfrutan mucho más sin ningún tipo de referencia
ni idea preconcebida así que, simplemente, comentar uno de los
mayores peros que le encontramos: su abuso de primeros planos.
Se puede transmitir esa sensación de tensión, agobio e
incertidumbre de otras muchas formas que no acaben mareando al
espectador, amigo Yayo. Pero, por lo demás, un fantástico y
aterrador retrato de los traumas de la guerra con una capa
superficial de antibelicismo.
DÍA 8
Encarando ya la recta final del
festival, no ha habido aún ningún título que me haya hecho mojar
los gallumbos (de placer o de terror). Ha habido cosas muy buenas,
pero nada excelente. Y tengo que decir que, pese a haber encontrado
en este octavo día mi película favorita del festival hasta la
fecha, sigo sin llevarme a casa esa sensación de haber visto algo
grande.
Y es que November me ha
encantado, tanto en forma como en fondo, pero algunas de sus
particularidades hacen que a ratos pierda sus intenciones. Con un
precioso blanco y negro que en ocasiones parece incluso dibujado a
carboncillo, este surrealista cuento de (anti)amor y brujería te
atrapa, te seduce y te hace sentir mucho (y muy profundo). Folk
horror desde Estonia para retratar los miedos, filias, engaños,
amores y desamores de una comunidad pagana. Tan preciosa como
devastadora. Estoy muy seguro de que figurará entre las listas de lo
mejor del año de un servidor.
La breve pero interesante presentación
del libro colectivo Paul Naschy: La Dualidad del Mito
editado por los valientes de Vial of Delicatessens y
coordinado por José Luis Salvador Estébanez tuvo lugar a
mediodía en Brigadoon. Solo decir que esta “poliédrica visión
sobre la figura de Naschy”, tal y como se encargaron de
remarcar coordinador y editor en diversas ocasiones (consiguiendo
una visión imparcial y objetiva a través de la colaboración de
fans y “no tan fans”), tiene una pinta brutal y estamos deseando
hincarle el diente.
Tras una tarde de reuniones y
reencuentros con un montón de gente con la que normalmente solo
tratamos por RRSS, tocaba ir a ver el nuevo trabajo de ese par de
genios que idearon y realizaron esa multipremiada comedia retorcida
que es Nada S.A. Muchos años en el audiovisual son los
que llevan Albert Pintó y Caye Casas para, por fin,
ver hecho realidad su sueño de un largo. Sus emotivos discursos
abrieron una sesión en la que veríamos su Matar A Dios
precedida por su cortometraje R.I.P, no sin antes dejar
paso a la gran Itziar Castro que aprovechó el momento para
agradecer a directores y productores su apuesta por un equipo
artístico con gran presencia de cuerpos no normativos. Es imposible
no adorarla, de verdad. Si tras sus colaboraciones con Eduardo
Casanova ya me cautivó, después de ayer soy aún más fan de su
necesario discurso positivo que algún día estoy seguro podré
agradecerle en persona. Pero vamos a lo que vamos…
R.I.P. es un
cortometraje con el sello de la pareja: grotescos primeros planos con
aspecto de cómic, humor negro (negrísimo) y personajes que, incluso
en metrajes cortos, terminan siendo entrañables. Risas y aplausos en
este cuento de amor, muerte, resurrección y vuelta la muerte
protagonizado también por Itziar Castro.
Matar a Dios significará,
sin ningún lugar a dudas, un soplo de aire fresco en la muchas veces
zafia y cansina comedia española. El sello de la pareja de
realizadores impregnado por primera vez en un largo que aprovecha
inteligentemente sus pocos recursos. Un solo espacio, cinco
personajes interpretados de forma muy convincente, dosis constantes
de humor y situaciones tragicómicas dan forma a estenecesario giro
gamberro pero accesible en la comedia nacional, el cual tiene
potencial suficiente para agradar y convencer a un espectro amplísimo
de público. Les deseamos todo el éxito del mundo. En Sitges, desde
luego, anoche triunfaron.
HAIL
SEITAN
Óscar Lladó
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