Con el festival de Sitges ya a pleno
rendimiento, es el momento de invitaros a no olvidaros de esos
festivales de menor formato, como es el caso del Festival de Cine
de Terror de Molins de Rei. Al igual que en Sitges, pero con una
oferta más reducida que posibilita ver el máximo de películas
posible y no tener que descartar apenas nada (salvo que sea por
horarios), sus programadores trabajan para ofrecer la mejor oferta de
producciones recientes que navegan por los diversos subgéneros del
terror y el fantástico. Allí descubrimos el año pasado, entre
otras muchas joyitas, una pequeña (pero que muy pequeña, tanto que
apenas cuenta con distribución fuera de su Gran Bretaña natal)
maravilla que, personalmente, me cautivó y se coló entre mis listas
de lo mejor del año. ¿Su título? Cruel Summer,
dirigida por el dúo de realizadores Phillip Escott y Craig
Newman.
Basada en una historia real ocurrida en
Sheffield, Cruel Summer nos cuenta la historia de Danny
(Richard Pawulksi), un chico autista que va a pasar un
relajante fin de semana acampando y pescando en el lago… si la
rabieta de Nicholas (Danny Miller) y sus dos amigos Calvin
(Reece Douglas) y Julia (Natalie Martins) se lo
permiten.
Pudiendo recordar en cierto modo a
Eden Lake, la ópera prima de Escott y Newman nos
sitúa a priori en el terreno del survival, pero el espectador
rápidamente se dará cuenta de que se encuentra ante un drama en
toda regla: crudo, directo y sin florituras ni adornos. Con una
construcción pausada de los personajes que se desarrolla durante más
de la primera mitad del metraje, sirviendo de crítica a cierto
sector de la juventud británica (aunque extrapolable a prácticamente
cualquier país del mundo), conseguimos empatizar con algunos de
ellos y odiar profundamente a otros para, en su tramo final,
contemplar horrorizados su explosión dramática. Destacar en este
aspecto, a parte del trabajo de guion, las convincentes
interpretaciones de sus cuatro jóvenes protagonistas.
Su banda sonora, llevada
a cabo por el compositor de cine y TV Josef Prygodzicz y que
incluye también colaboraciones del rapero Verb T de Four
Owls (quien además cuenta con un pequeño cameo como el
dependiente de un ultramarinos), es para un servidor lo más
destacable de Cruel Summer, puesto que con su suave,
atmosférico y hasta en ocasiones onírico sonido contrasta con la
dureza y crudeza de la trama y su desarrollo. Una apuesta arriesgada
con un resultado más que convincente.
En definitiva, una
pequeña joyita independiente que, desgraciadamente, pasará
desapercibida por estos lares más allá de su paso por festivales.
Si tu inglés te lo permite, tienes una edición británica en DVD
(sin subtítulos, ni siquiera en inglés) por unos pocos pounds
en Amazon UK… ¿A qué esperas para hacerte con ella?
Y recordad, en estos días que estéis
a tope por Sitges, no usar colirio jamás, prescindid del café y, si
podéis, no durmáis nada. La enajenación mental y la irritación
ocular hace que el fantástico sea mucho más disfrutable.
HAIL
SEITAN!
Óscar Lladó
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