Tras unos días de vuelta a la cruda
realidad (unos días de locos para un servidor, por cierto), hoy os
seguimos contando nuestros periplos por el festival de festivales del
cine fantástico. Y es que el primer sábado del festival fue un día
de aquellos para no olvidar jamás… pero antes, dejadme empezar con
un consejo: a la hora de cuadrar vuestros horarios y escoger vuestras
sesiones, por muchas ganas que tengáis de ver algo… nunca
(¡pero nunca!) pilléis una sesión matinal (suelen ser entre
las 8 y las 8:30) si os vais a dormir a las 3 o las 4 de la mañana.
Menos aun cuando lleváis varios días durmiendo una media de 3
horas. Os vais a quedar fritos, no vais a llegar a la sesión y lo
único que vais a hacer es tirar el dinero. Palabrita de niño Jesús.
DÍA 3
Por segundo año consecutivo (el año
pasado me quedé con las ganas de ver Fear Inc.), esto es lo que me
ocurrió el sábado, cuando llegamos a Sitges demasiado tarde para
ver Muse, el nuevo trabajo de Jaume Balagueró.
Lo cierto es que las críticas no acompañan demasiado, así que por
lo menos no se nos quedó mal cuerpo por perdérnosla. Aunque, si se
nos hubiese quedado mala sensación, nos habríamos olvidado de ella
enseguida, porque lo que ocurrió en el Auditori a las 10:30 fue una
de las experiencias más increíbles de éste festival. ¿Cómo no va
a serlo cuando hablamos de una doble proyección de Suspiria
(una de las películas predilectas de éste humilde redactor)
y La Cumbre Escarlata (a la cual me enfrentaba
por primera vez) presentadas por sus celebérrimos directores, los
maestros Dario Argento y Guillermo del Toro?
La sesión daba inicio con Àngel
Sala (director del festival) presentando a Argento y el
Auditori en pie para recibir como se merece al maestro del gialli,
quien desgranó a ritmo pausado su Suspiria, obra
maestra indiscutible del terror y un pilar básico para comprender el
género. Allí nos habló sobre el tratamiento del color conseguido
gracias a un viejo rollo Technicolor recuperado de un laboratorio
Kodak en EEUU, sobre los picaportes de las puertas que colocó más
altos de lo normal para que las actrices parecieran más pequeñas o
sobre su peripecias para intentar vender la película a su productor
con la idea de que fuera protagonizada por niñas de 12 años. Todo
esto antes de que Guillermo del Toro se deshiciera en elogios
hacia el maestro y pasara después a hablarnos sobre La Cumbre
Escarlata, trabajo del que dice estar muy orgulloso… y no
es para menos. Pero primero los presentes pudimos disfrutar de
Suspiria con el sonido y la imagen (la copia restaurada
que distribuye A Contracorriente) impresionante del Auditori.
Personalmente, en el momento en que se
estrenó La Cumbre Escarlata me echó para atrás que
la vendieran con un tráiler que daba la sensación de que sería el
enésimo refrito del terror gótico europeo. Tal y como comentó Del
Toro, se trata de una película romántica anti-romántica,
definición bastante acertada. Pero lo que me pareció finalmente, al
igual que muchos de los trabajos del mexicano, es una fábula
fantástica. Como un cuento de los hermanos Grimm en su versión más
cruda y adulta. Una muestra más de que Del Toro es uno de los
grandes del cine actual. Un tipo con vastos conocimientos que calcula
milimétricamente cada movimiento y, al contrario de lo que suele
pasar con quien domina el apartado técnico, no pierde en absoluto la
capacidad de transmitir emociones y sentimientos gracias tanto a su
apartado visual como narrativo.
Hasta la noche no volvimos a la carga
gracias a una siesta que se fue de las manos y nos hizo perdernos a
Sergio Martino y su Todos los Colores de la Oscuridad.
Bien, Óscar. Bien. Pero compensamos con una de esas locuras tan
necesarias en cada edición de Sitges. Uno de esos escatológicos y
muchas veces estúpidos sinsentidos como el año pasado fue la enorme
The Greasy Strangler. Este año el título candidato a
ocupar tan honorable lugar (salvando las distancias estilísticas y
de tono con The Greasy Strangler) era KUSO,
el debut en el cine del músico estadounidense Flyin Lotus,
uno de los raperos más experimentales e interesantes del underground
americano. Vendida durante los últimos meses como “la película
más asquerosa de la historia”, KUSO inicialmente
parece un compilado de sketches sin aparente conexión entre sí
separados por interludios animados que a ratos recordaban a Monty
Phyton y a otros a las grotescas animaciones 3D de Bizarre
Mind, para darnos cuenta a posteriori de que, a pesar de su
formato, las diferentes tramas tienen continuidad y giran, cada una
con su tono particular, alrededor de un mundo en el que ha habido un
gran terremoto que provoca enfermedades y mutaciones en la gente.
Diarreas milagrosas, ojetes místicos, porno bizarro y mil y una
locuras más se dan cita en este experimento delirante y grotesco.
DÍA 4
Con un Retiro repleto dimos inicio al
cuarto día en la proyección del primer bloque de cortos oficiales a
competición, con muchos de sus autores presentes y la ilusión
flotando en el ambiente.
El Hada de los Dientes de
Jeremías Segovia y Gonzalo Torrens dio el pistoletazo
de salida con una fábula de terror de aroma clásico facturado en
Uruguay. Destacable su mimada fotografía y la buena actuación de su
pequeño protagonista.
Muchas ganas tenía ya de ver Caronte
de Luis Tinoco tras un buen tiempo
siguiendo los avances del proyecto a través de las redes de la gente
de Onirikal Studio. Me imaginaba que el resultado iba a ser
bueno, pero ni de lejos esperaba encontrarme con una producción
digna de cualquier gran estudio. No hay que olvidar que es una
producción indie cuyo capital humano ha sido la verdadera
financiación y motor del proyecto. Vamos, que está hecho con dos
duros y un par de huevos/ovarios. Una historia de ciencia ficción
emotiva con un trabajo insuperable en el apartado visual en general.
Un trabajo que, con una distribución potente, arrasará en
festivales de todos los estilos, formas y géneros. Tiempo al tiempo.
La huella de Cronenberg es
patente en muchos trabajos de todo tipo. Su imaginario, su forma de
representar terrores prácticamente universales mediante grotescos
seres y situaciones fue, es y será habitual en producciones de
género. It Began Without Warning es una violenta
historia con giros de guión a cual más retorcido repleta de
homenajes al maestro de la nueva carne, especialmente a su The
Brood (Cromosoma 3). A destacar su
magistral plano secuencia inicial.
Escarabana, de la
realizadora Sara Casasnovas, supone un giro onírico y
elegante del género vampírico. Amor eterno al volante de un
Cadillac en un trabajo tan mágico como desconcertante.
A los habituales en festivales del
género les sonará Into the Mud del madrileño Pablo
S. Pastor, un intenso corto que nos planteaba un survival
con un giro inesperado e impactante, contando además con la
participación del mítico Collin Arthur en los FX y el
maquillaje. Había muchísimas ganas de ver qué había preparado
Pablo para la ocasión con su homenaje a Scream
y al cine de terror de los 80 y 90 (¡Poltergeist!)
titulado Bye Bye Baby, y la espera valió la pena.
¿Recordáis la escena de Drew
Barrymore al principio de la primera parte de Scream?
Claro que la recordáis… Pues imaginad más jerséis de lana
amarillos y más peinados noventeros en cabellos rubios. Imaginad una
situación muy similar pero con pinceladas sobrenaturales. Imaginad
una fotografía impecable y una dirección de arte para quitarse el
sombrero. Imaginad un doble giro de guion espeluznante, un final que
es puro Craven en su faceta más shocker, actuaciones
excelentes y, en general, un producto mimado de principio a fin.
Imaginad eso, y ahí tenéis a Bye Bye Baby. ¡Carne de
festivales de primera calidad!
Mi guion favorito de la mañana llegó
con el breve pero intenso corto de Stellan Kendrick, Goodnight
Gracie. Una representación violenta y políticamente
incorrecta de la futilidad y lo absurdo de la religión en este mundo
oscuro y putrefacto. Un final épico que provocó aplausos y
carcajadas entre el respetable.
Virgen es un
cortometraje argentino dirigido por Nicolás Amelio-Ortiz en el que
destaca una trama bien construida y elaborada para generar tensión,
eso sí, a partir de cánones clásicos que la hacen algo previsible.
Un trabajo que hará las delicias de fans de James Wan pero
que personalmente no me acabó de convencer.
Cada vez es más habitual ver
cortometrajes que te llevan a pensar “cómo lo petaría un
videojuego así”. Y eso es Daemonrunner. Una
salvajada futurista, frenética e intensa cargada de gore y acción
con un despliegue de medios impresionante.
El bloque lo cerró Bestia,
el último trabajo del colectivo canadiense Luchagore
Productions, capitaneado por la incansable Gigi Saul
Guerrero. Con una localización tan bella como desoladora y una
ambientación bastante distinta a lo que nos tiene acostumbrados la
mexicana, el corto contiene un mensaje potente: tu mayor depredador
eres tú mismo. ¡Chapeau, amigos!
Corriendo como uno de los zombies de
esa mierda infecta llamada Guerra Mundial Z llegué a
Brigadoon para poder presenciar el homenaje al desaparecido pero
siempre presente George A. Romero, con la presencia del
maestro Dario Argento y el agente de Romero durante los
últimos 15 años, que protagonizaron una presentación emotiva en la
que se confirmó que Romero tendría que haber estado presente
en esta 50ª edición del festival. Una lástima de noticia que nos
dejó mal sabor de boca, el cual se encargó de quitar la proyección
retrospectiva de Los Ojos del Diablo y sus entretenidas
adaptaciones de Edgar Allan Poe. Nunca falla, sobretodo el
demencial fragmento de Argento adaptando El Gato Negro.
A las 18:30 y con pocas esperanzas nos
unimos a una cola kilométrica en El Retiro para ver la secuela de la
popular Creep, producción de Netflix que sentaba
definitivamente las bases del mumblegore con una frescura y
una capacidad de inventiva que no dejó indiferente. Digo con pocas
esperanzas porque la primera parte, pese a su final semiabierto, no
dejaba muchas posibilidades de hacer una secuela sin repetir el
formato. Pero Patrick Brice y Mark Duplass son unos
tipos listos y, sí, al final el fondo es el mismo, pero las formas
son muy distintas. Si en la primera película te preguntabas
constantemente si realmente el personaje de Duplass era un
asesino, en esta secuela uno ya sabe lo que hay, así que la duda se
traspasa a la co-protagonista de la cinta esta vez. Además, su humor
negrísimo hace que el tono de Creep 2 sea totalmente
distinto a la primera. Aplausos y carcajadas constantes marcaron una
de las proyecciones más sorprendentes del primer tramo del festival
con un divertidísimo Q&A. Tú molas, Patrick.
Para finalizar la
misa del domingo asistimos a la proyección del prometedor thriller
La Serpent Aux Milles Coupures, un neonoir con
sabor mediterráneo y una evidente crítica a los prejuicios raciales
que deja demasiados cabos abiertos como para acabar de convencer. Una
buena idea bien ejecutada pero mal construida que, a pesar de ello,
consigue su misión: entretener.
Y con ello nos tomamos un involuntario
break de dos días para volver a la cruda y dura realidad… ¡Pero
volveremos!
HAIL
SEITAN!
Óscar Lladó
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