viernes, 17 de noviembre de 2017

Festival de Cine de Terror de Molins de Rei - Día 7

¡Muy buenas Dominguers!,

La 36ª edición del Terrormolins está a punto de llegar a su fin y se nota, ya que ayer en el séptimo día de festival, pudimos disfrutar de una buena dosis de títulos de calidad en una programación bien compensada.


A las 18:00h arrancaba la primera sesión doble de la noche con Replace, un body horror alemán sobre una chica que tiene ver como su piel se va pudriendo poco a poco mientras ella apenas puede recordar nada sobre su vida. Una película pequeñita pero sincera, dónde lo que vemos es lo que hay y a pesar de ser bastante previsible, la cosa se compensa con un buen ritmo y bastantes planos de tetillas así porque si, haciendo que la peli funcione y entretenga.


Acto seguido daba comienzo la mejor pieza de la jornada, Housewife. La nueva cinta del turco Can Evrenol (Baskin), dónde se nos presenta a una moderna ama de casa con un pasado algo turbio y perturbador, un pasado al que pronto tendrá la oportunidad de enfrentarse gracias a la intervención de un misterioso hombre, el líder de una secta el cuál es capaz de cambiar las vidas de los demás a través de los sueños.


Una película que se mueve entre el terror y lo fantástico de manera muy natural y con una temática y ejecución muy ochenteros, dónde la música, la fotografía, el sonido y cualquier otro elemento que podamos encontrar en ella tiene algo que contarnos. Impresionante.

Tras una breve pausa para ir al excusado comenzó Trauma, la peli con la que se inció la segunda sesión doble de la noche.  Y que en palabras de Óscar, como siempre, ante todo sinceridad: después del esperpento que me pareció Sendero cuando la vimos en el Sant Cugat Fantàstic, no esperaba demasiado de Trauma, el nuevo trabajo del realizador chileno Lucio A. Rojas. Por eso la sorpresa, por encontrarnos con una experiencia tan cruda, dura, violenta y traumática fue mayúscula. 


Y es que, con el golpe de estado contra el gobierno socialista de Salvador Allende en los 70 como telón de fondo, Trauma nos muestra la cara más oscura y violenta de la historia chilena, si bien su potencial crítico se ve eclipsado pronto por una hiperviolenta trama en la que explicar y mostrar de la forma más cruda, impactante y desgarradora posible parece el principal objetivo. Cuenta con algunas de las escenas más incómodas y escabrosas que me he llevado a los ojos en mucho tiempo, en especial una violación múltiple y una escena que implica a un bebé… escenas que hacen que Irreversible y A Serbian Film parezcan inocentes cuentos infantiles. Y hasta ahí puedo leer por evitaros spoilers. Porque tenéis que verla, tenéis que experimentarla. 

Bebiendo del nuevo extremismo francés y pasando por la cruda narrativa de gran parte del cine social y del drama latinoamericano, incluso con sus fallos, excesos y carencias (que los tiene, y no pocos) Trauma, y sobretodo su primera mitad, es toda una experiencia fílmica que trata de llevarte al extremo constantemente.

Al mismo tiempo que la cinta chilena, se proyectaba en sesión retrospectiva La Cinta Blanca, una película que es sin duda uno de los trabajos más populares de Michael Haneke. Un hecho que en palabras de Óscar: siempre me ha parecido curioso teniendo en cuenta lo relativamente diferente que resulta respecto a las piezas más significativas de su filmografía. 


Porque si bien la más desmoralizante y entristecedora faceta del ser humano está también presente aquí, en esta magistral muestra del caldo de cultivo para la Alemania nazi en que la violencia, el recelo, la envidia y el odio se adueñan de una pequeña población alemana, detectamos incluso destellos de luz entre líneas y un ciertamente positivo mensaje de que hay que luchar por aquello que a priori pueda parecer que no merece la pena batallar.

Rodada en un precioso, embelesador y poético blanco y negro, La Cinta Blanca primero entra por los ojos, luego por el cerebro y luego por las entrañas. Probablemente el trabajo más accesible de Haneke, si es que ese calificativo puede aplicarse al trabajo del realizador alemán.

Y tras éste no parar de títulazos, el festival cerró la noche con Mom and Dad, una comedia norteamericana dónde una pareja de hermanos intentarán sobrevivir al ataque de sus padres que, por una misteriosa epidemia que solo ataca a padres y madres, intentarán acabar con sus vidas de la forma más violenta posible.


Una peli divertida y original que recuerda mucho a las comedias de zombis, solo que en lugar de muertos vivientes sedientos de carne humana, veremos a padres asesinando a sus hijos sin piedad alguna. Cinta que además de tener una formula que funciona bien, tiene el merito de recuperar a un Nicolas Cage que ya dábamos por perdido.

Sin duda una de las mejores noches del festival, con títulos de bastante calidad y con mucho publico.

¡En un ratito más! 

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