Nos situamos en Octubre del 2001. TVE inicia la emisión de un programa de cantantes novatos llamado “Operación Triunfo”. De inicio, nadie daba un puto duro por este programa pero el caso es que lo petó y tuvo unas audiencias espectaculares. Y claro, al igual que pasó con Gran Hermano, este exitoso formato televisivo era muy goloso para llevarlo a la gran pantalla. Y aquello que por ahí pasaban Jaume Balagueró y Paco Plaza.
Estamos ante un documental que nos muestra la multitudinaria gira de los alumnos de "Operación Triunfo”. Los discos de las galas se vendieron como churros y supuso un buen trampolín para muchos de ellos. La historia se centra en la gira veraniega durante la cual los jóvenes, convertidos en putas estrellas, recorrieron España dando conciertos.
Unos años antes de su triunfo con la notable REC, Jaume Balagueró y Paco Plaza decidieron poner una mancha en su filmografía dirigiendo este esperpento. Aunque probablemente OT: LA PELÍCULA sea su peli más terrorífica.
La dirección es plana sin apenas recursos de estilo. El montaje es correcto y poco más, simplemente se intercalan las canciones de los conciertos con las entrevistas. Eso sí, molan esos primeros planos de Javián afeitándose, las transiciones con los viajes en autocar, las locuras de la peña empujando a la entrada de los conciertos y en los aeropuertos…etc.
Dentro de las entrevistas con los cantantes de OT predomina el mensaje de que todo va muy rápido y que les cuesta asimilar tanto éxito de golpe. Vivir en soledad rodeado de multitud. La fama es así.
Vemos a un Bisbal mucho menos maduro e ingenuo a más no poder, viviendo un idílico romance con Chenoa lejos de la sonada ruptura posterior ( momento chandal ) y la más actual cobra del copón. También me hizo gracia Gisela con su alegato de dejarse sorprender y ser una niña toda la vida ( ¿síndrome de Peter Pan? ) o Rosa de España besándose con todo dios en el aeropuerto como si fuese Lady Gaga.
Bustamante diciendo que es una persona que le cuesta llorar es lo más cachondo que tiene la película. El llorica oficial de España negando su condición, ¡venga ya!. También llama la atención la llamada que hace a sus padres para que le carguen dinero en el móvil en plan “me molesta que te cagas salir a la calle”. Algo que tiene relación directa con el momento en que él y Naím Thomas abren la ventana del hotel y son aclamados como dioses.
Un pequeño momento autocrítico lo vemos cuando Alejandro habla de la importancia de la televisión y su enorme poder a la hora de triunfar en la música. Quizás sea la reflexión más inteligente que se haga en toda la película y creo que no es casualidad que Alejandro fuera uno de los concursantes más ignorados del concurso.
A destacar también el grupillo de losers: Javián ( que habla de los desprecios que le hacían las fans y lo mucho que esto le afectaba ), Geno, Mireia y Alex que conformaban ese grupo de vergüenza ajena llamado Fórmula Abierta. Viven momentos de tensión por no ponerse de acuerdo con los pasos del baile. Patético
"OT: la película" tuvo una recaudación de más de 800.000 euros, aunque se quedó muy lejos de los grandes taquillazos de 2002. De hecho, el producto parecía estar pensado para su distribución directa en video y no es de extrañar que su lanzamiento en este formato se produjera sólo un mes después de la llegada del film a la gran pantalla. Las malas críticas, que definieron la cinta como una "operación de mercadotecnia sólo apta para los fans", tampoco ayudaron al éxito del documental.
Hablamos de 85 minutos que se hacen algo largos para la mierda que nos tienen que mostrar. Mejor echaros una siesta.
Aureli Del Pozo
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