viernes, 17 de junio de 2016

BAÑO DE SANGRE VOL. 4: “HISTORIA DE RICKY”

Aquí tenéis, otro viernes más, un nuevo volumen de Baño de Sangre para sugeriros títulos cargados de hemoglobina. Y en este volumen os recomendamos un clásico básico, una gamberrada asiática 100% disfrutable si te gusta el cine de artes marciales, la acción “ochentera” (aunque pertenece a la década de los 90) y el gore. A estas alturas probablemente sobren las presentaciones, con lo cual la reseña está planteada tanto para quien la haya visto como para quien aún no haya tenido el placer… como siempre, libre de spoilers. Y, hablando de spoilers, aprovechamos para solicitar a las autoridades pertinentes horcas en todas las plazas de los pueblos para colgar a aquellos que revienten las series y películas al prójimo. Y bueno, se nos ocurren bastantes más usos para las horcas, pero eso es otro tema.



A lo que íbamos… Hoy en Baño de Sangre tenemos el placer de analizar la mítica gamberrada hongkonesa Historia de Ricky (力王, 1991). Me gusta recomendarla a mis amigos como “la clásica película de artes marciales, pero con litros de sangre, vísceras y pensada como una película de acción post-apocalíptica ochentera”, y creo que mi definición es bastante acertada.

Tomando una premisa que nos puede resultar bastante familiar, Historia de Ricky explica la historia de Riki-Oh, un hombre con una fuerza sobrehumana que en el año 2001 es encerrado por homicidio en una prisión controlada por una compañía privada. Pronto se dará cuenta de que la cárcel está controlada por la “banda de los cuatro”, aliados del malvado alcaide y su repulsivo ayudante. Cada uno de los cuatro miembros de la banda controla una de las alas de la prisión, y Ricky deberá vencerlos si quiere acabar con la tiranía del alcaide y sus secuaces.

Basada en el manga Riki-Oh, el director Simon Nam (alias de Ngai Choi Lam) lleva a cabo una buena adaptación que, como suele ocurrir, es mucho menos extensa que el manga. Aun así consigue captar la esencia de cada uno de los personajes protagonistas y, a pesar de ser bastante planos (como suele ocurrir en esta clase de producciones), convencen y dejas de ser espectador imparcial para esperar y desear la venganza del bando de “los buenos”. Y de eso trata el filme, de que los minutos avancen y desees cada vez más que Ricky los destroce (literalmente) a todos, hecho que te lleva inevitablemente a pensar en el mítico Ken de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken), personaje al que a menudo nos remite nuestro héroe. 


Por lo que llevamos comentado hasta el momento, Historia de Ricky bien podría ser la clásica película de artes marciales altamente previsible (a la par que disfrutable) en la que sólo importan los mamporros, pero en este caso la diferencia es que los amantes del gore y la violencia más visceral sentiremos que nuestra sanísima necesidad de ver tripas y sangre habrá sido satisfecha con creces. Que sirva como ejemplo el hecho de que Siu-Wong Fan (el actor que interpretó a Ricky) tardó tres días en quitarse el rojo de la piel tras rodar la escena final. Y este hecho diferencial es el que ha convertido esta película en un pequeño clásico de culto del cine asiático más sangriento.



Al igual que hicimos en el primer volumen de la sección con Tokyo Gore Police, recomendamos encarecidamente disfrutar de este título entre colegas y cervezas, una buena forma de refrescarse y huir de este jodido calor infernal para evitar derretirse al más puro estilo de Viscosidad.

Me despido hasta el próximo volumen de Baño de Sangre, no sin antes aconsejaros que os practiquéis una autoliposucción si queréis una operación bikini rápida y efectiva. Fácil, sencillo y para toda la familia. Seguro que tenéis algún tutorial en YouTube o en Yahoo Answers. Simplemente con un cutter y una pequeña sierra de marquetería ya tenéis suficiente.

Óscar Lladó

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