viernes, 11 de mayo de 2018

FreeDomingo: Gotas

¡DOMINGUERS! 

Hoy toca dejar de lado el Baño de Sangre habitual de los viernes para realizar un ejercicio de intromisión interna. Y es que en este Freedomingo que os traigo hoy voy a meterme en el terreno de mi compañero y amigo Cristian y su sección Pelis Corticas, ya que os voy a hablar de un maravilloso corto en pleno recorrido festivalero, con el que estoy seguro os vais a topar en más de un certamen, si no lo habéis hecho ya. Pero primero, tocar poneros en precedentes.

El joven realizador del trabajo que hoy nos ocupa comenzó su recorrido como la mayoría: haciendo sus pequeños proyectos con amigos, aprendiendo de cada experiencia. En 2012 inicia su recorrido por festivales (que, 6 años después, aún dura) uno de sus trabajos más reconocibles hasta la fecha, una macarrada protagonizada por un payaso zombie que no deja títere con cabeza. ¿Su título? Tus Gritos Me Dan Risa. En ella su director, Sergio Morcillo, mostraba atisbos de sus capacidades y aptitudes actuales, pero ni él mismo se imaginaría que crecería tanto como realizador en tan poco tiempo. Porque el recorrido hasta su último trabajo, Gotas, ha mostrado una paulatina evolución en su trabajo y estilo que justifica por qué hace poco recibió el premio de cortometrajista ejemplar en el certamen madrileño Cortos con Ñ. Y es que, pasando por su contribución para ABC’s of Death (que no pasó la criba, pero poco le faltó) M is for Metamorphose o su más reciente You’re Gonna Die Tonight, Sergio ha venido demostrando (si es que tiene que demostrarle algo a alguien) que no es solo un interesante realizador de género, si no que sus trabajos destilan amor por el cine (en general) por los cuatro costados. Y ese amor, esa pasión, culmina en el que considero su súmmum como cortometrajista, Gotas, un trabajo que no se casa con ningún género, oscilando entre el drama y el fantástico, rompiendo con sus anteriores y mucho más estilísticamente definidos cortometrajes.



Gotas nos cuenta la historia de Marta (Marina Romero), una adolescente cuyos padres murieron hace unos años y que se enfrenta a toda una serie de cambios en su vida. Creedme si os digo que es todo lo que necesitáis saber de su argumento, pues el desarrollo de los acontecimientos os dejará patidifusos, en un constante juego del despiste y las falsas expectativas que dota al trabajo de un carácter imprevisible y sorprendente muy de agradecer en estos tiempos de copias y refritos. Porque Gotas puede recordar en cierto modo (en su tono e intenciones) a la primera mitad de una de las obras maestras del terror del siglo XXI: la francesa Martyrs, o incluso a The Babadook por su magistral cruce de géneros y su narrativa cautivadora y envolvente. Puede hacer que pensemos en determinados títulos pero, sin lugar a dudas, estamos hablando de una idea tan original en conjunto que es difícil hacer comparativas con cualquier otra película, más allá de ciertos fragmentos que, como decíamos, puedan remitirnos a otros trabajos. Este hecho hay que agradecérselo, además de a Sergio (lógicamente), al guionista Santiago Taboada, quien ha realizado un trabajo sublime de principio a fin y se ha implicado en el proyecto con todas sus energías y buenas intenciones. Sin duda hablamos de un tándem prometedor de nuestro cine, y esperemos que esta no sea ni mucho menos su última colaboración. Tienen muchas alegrías que proporcionarnos en el futuro.

Respecto al apartado técnico, es sin duda donde encontramos el mayor salto hacia adelante en el trabajo de Morcillo, puesto que nos topamos con una fotografía cálida cuando lo necesita, fría cuando así lo requiere el guion, pero agradable a la vista en cada plano. Todo ello, cosecha del director de fotografía Daniel Borbujo, sumado a un apartado de arte capitaneado por Ana Cobos que, sin excesos, consigue recrear la atmósfera perfecta para el desarrollo de la trama, tiene como resultado un producto final de acabado totalmente profesional.


Siguiendo con el apartado técnico, cabe destacar (sin ahondar mucho en los detalles para no fastidiaros la sorpresa) el tremendo trabajo de FX de Sergio Moral y su equipo, asegurando los escalofríos. Por otra parte, es triste que muchas veces se menosprecie o no se tenga en cuenta el trabajo del ingeniero de sonido. Y es que el experimentado Roberto H.G. realiza un trabajo ejemplar en cuanto al diseño de sonido se refiere, una talentosa gota más que, junto al resto de gotas del equipo, crea la ambientación necesaria para introducirnos, de noche y sin luz, en este oscuro a la par que luminoso océano llamado Gotas.

Sin duda, otra muestra más del enorme talento que tenemos en el cortometraje nacional. Un formato vapuleado y menospreciado que, poco a poco, va encontrando su lugar y, sobretodo, su reconocimiento.

Si tenéis oportunidad (que la tendréis, seguro) no os perdáis este inquietante nuevo trabajo del prometedor y talentoso Sergio Morcillo. No os arrepentiréis.


Óscar Lladó

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