viernes, 29 de julio de 2016

BAÑO DE SANGRE VOL. 6: “PREMUTOS, EL ÁNGEL CAIDO”

A finales de los 80, en una Alemania aún dividida, una panda de degenerados se hicieron con unas cámaras trabajando de charcuteros, en el matadero o en alguna morgue. No, esto no es información contrastada. Sí, es posible que sea invención mía, pero con las burradas que llevaron a las pantallas demostraban sobrados conocimientos de anatomía y un malsano gusto por la casquería. Ellos no lo sabían pero, y aunque a alguno le joda que le hagan partícipe, estaban iniciando una corriente que más tarde se bautizó como ultragore alemán.

Buttgereit, Ittenbach y Schnaas. Tres apellidos claves para el cine extremo alemán, con títulos como Necromantik (y su secuela), Violent Shit, Schramm, Burning Moon o el título al que dedicamos este volumen 6 de Baño de Sangre: Premutos, un auténtico pedazo de mierda con el que los amantes del gore pasarán un buen rato asegurado mientras el resto de mortales probablemente preferirían nadar en una piscina de guano a perder su tiempo viéndola. Que luego no se diga que no avisamos de dónde os metemos. Quien avisa no es traidor… es avisador. 


En el año 1231aC, en la India, unos guerreros se enfrentan a unas criaturas extrañas cuando, de entre los muertos, hace su aparición Premutos, el primero de los ángeles caídos.

En la actualidad, Mathias vive con su peculiar familia en la que quien no está colgado, está comunicando. Una hermana sadomasoquista, un padre con pinta de haber violado muchos animales durante su adolescencia y él mismo, que sufre sueños y visiones en las que se traslada a épocas remotas. A través de esas visiones descubrirá que es el elegido, el hijo de Premutos, destinado a allanar el camino a su padre para dominar la tierra.


La marca de la casa está presente: actuaciones pésimas, un argumento estúpido y decenas de litros de sangre. Con un body count de 228 muertos en poco más de hora y media, el largo estrella de Ittenbach es un festival de desmembramientos, decapitaciones, hachazos, puñaladas, vísceras y sangre solo apto para estómagos preparados, pero que se hace largo y tedioso a partes, con insulsas charlas y delirios varios que se podrían haber ahorrado para reducir el metraje a unos más que suficientes 80-90 minutos.

No será la película más sangrienta del ultragore alemán, ni la más destacable, pero el tiempo la ha convertido en un título de culto para los aficionados al género y gozó de relativa repercusión en su día, alimentada sobretodo por la popularidad que el chabacano realizador germano obtuvo al ser censurada su anterior película, Burning Moon (aunque finalmente se publicó con clasificación X).  


Recordad, cinedominguers, hidrataros con cualquier alcohol blanco de los baratos. Agua no, el agua en verano solo para nadar en ella. Y, sobretodo, recordad salir a hacer deporte después de comer, preferiblemente los días de más calor, que así se queman más calorías. No hagáis caso a los “consejos” que os den en las noticias, es una conspiración illuminati para evitar que nos pongamos en forma.

Hail seitan.

Óscar Lladó

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