Hablar de Ricardo Bofill es hablar de drogas, excesos y petardeo. El hijo del famoso arquitecto Ricardo Bofill Leví destacó por ser un pijo redomado colaborador de “Crónicas Marcianas” y habitual de los programas de TV con temática rosa. Siempre salía puestísimo y pasado de rosca; aún recuerdo cuando le soltó a Aramis Fuster aquello de “enséñanos las tetas”. Todo un visionario. Y claro, cuando al niño pijo se le antojó dirigir una peli no tuvo problema alguno económicamente hablando. Eso sí, con ayudita de por medio de TV3, el ICAA y el ICO….Manda huevos
La bella Esther (Ana Turpin) trabaja en una vaquería perdida en las montañas, como Heidi. A ella le fascina bailar. Su empresa va a una convención en Madrid con el grupo de bailarinas que anuncian la marca de la leche: ¡Hot Milk!. Su jefe, el señor Lahuerta la castiga y las chicas se van sin ella. Esther después de mucho insistir, consigue que el jefe la deje ir. En el aeropuerto conoce a Panorámix, un proveedor de drogas que la engaña para que se sume al grupo de fiesteros que van a Ibiza.
Allí Esther conoce a un grupo de pijos drogatas de lo más variopinto: Grace, que la engaña desde el primer momento; Washaba, la mala malísima; Álex, un zumbao de la noche, de las drogas y del sexo; El Rata y Álvaro, dos locos que están más en el cielo que en la tierra; Lula, una tarada simpática; Transformator, un tío al que las drogas le transforman; Tanit, el falso predicador hippie; y Lucas, un buen tío. Todos ellos intentarán embaucarla para satisfacer sus deseos personales.
El film se basa en fiestas locas continuas, excesos, teturcias, descontrol y más descontrol. Un más que probable retrato del estado mental del director y su estilo de vida. Estamos ante un videoclip lisérgico constante, publicidad chunga de las discotecas de Ibiza ( Amnesia y Pacha ) aderezada con un montaje tan frenético que te dan ganas de darle al Pause cada dos por tres. Y, obviamente, drogas a tutiplén: Coca, tripis, alcohol, LSD… Al gusto del consumidor. La escena de los chupitos agarrados por la boca ( “otros siete” ) es desternillante.
La desconocida Ana Turpin es la protagonista absoluta de la cinta y no lo hace nada mal. Aunque sorprende ver a una actriz cómo Macarena Gómez de secundaria haciendo de macarrilla drogata. Quién te ha visto y quién te ve….
Papelón brutal el del mítico Enrique San Francisco ( este no se pierde una ) haciendo de gurú de la india adivinando el futuro a través de los pezones de las mujeres. Un papel que la va cómo anillo al dedo, dicho sea de paso. El ex “Caiga Quien Caiga” Sergio Pazos también cobra relevancia con el papel de Panorámix y hasta vemos a Zoe Berriatúa haciendo de puto loco junto a Eloi Yebra.
La música es machacona a más no poder y especialmente patético es el intento de final dramático donde se descubre el pastel: La apuesta por zumbarse a la protagonista. No, Ricardo, no. El drama y el conflicto no son lo tuyo. Tú quédate con las drogas y ya.
Hay que destacar que según el Ministerio de Cultura la película de Ricardo Bofill hizo una taquilla que superó los 200.000 euros. Sin embargo, los datos de la consultora EDI-Nielsen revelan que en todos los cines de España, esta producción consiguió en su primer fin de semana 13.329 euros y 489 euros en el segundo. Todo indica que hubo mamoneo para chupar las subvenciones. Muy lamentable
Recomendada solo si os habéis quedado sin pasta para ir a Ibiza y queréis recrear la experiencia en casa con muchos tripis y amigos colgaos.
Aureli Del Pozo
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